Hasta ahora se habían desarrollado varios modelos para predecir cuánto combustible queda en el interior de la Tierra para alimentar sus procesos internos. Sin embargo, las estimaciones varían ampliamente y la cantidad real sigue siendo desconocida.El estudio, realizado por científicos de la Universidad de Maryland, la Universidad Carolina de Praga y de la Academia China de Ciencias Geológicas, se publica el 9 de septiembre de 2016, en la revista Scientific Reports.
La Tierra requiere combustible para mover las placas tectónicas, los volcanes y su campo magnético. Al igual que un coche híbrido, la Tierra se nutre de dos fuentes de energía para hacer funcionar su motor: la energía primordial que reúne el planeta y la energía nuclear del calor producido durante la desintegración radioactiva natural.
La clave: Las partículas subatómicas
“Para calcular la cantidad de combustible en el interior de la Tierra en el año 2025, los investigadores se basarán en la detección de algunas de las más minúsculas partículas subatómicas conocidas por la ciencia, los geoneutrinos. Estas partículas de antineutrinos son subproductos de las reacciones nucleares dentro de las estrellas (incluyendo el Sol), supernovas, agujeros negros y reactores nucleares hechos por el hombre. También resultan de los procesos de desintegración radiactiva en lo profundo de la Tierra”, ha explicado William McDonough, profesor de geología en la Universidad de Maryland.
La detección de los antineutrinos requiere un enorme detector del tamaño de un pequeño edificio de oficinas, ubicado a 600 metros bajo tierra para protegerlo de los rayos cósmicos que podrían producir resultados falsos positivos. En el interior, los científicos detectan antineutrinos cuando chocan contra un átomo de hidrógeno. La colisión produce dos destellos de luz característicos de manera inequívoca que anuncian los eventos.
El número de eventos científicos a detectar se relaciona directamente con el número de átomos de uranio y torio del interior de la Tierra, y la decadencia de estos elementos, junto con el potasio, alimenta la gran mayoría del calor en el interior de la Tierra.
Los investigadores predicen que tres nuevos detectores se esperan para entrar en funcionamiento en 2022, el detector SNO + en Canadá, y los detectores Jinping y Juno en China, que añadirán 520 más eventos por año al flujo de datos.
“Una vez que obtengamos tres años de datos de antineutrinos procedentes de los cinco detectores, estamos seguros de que habremos desarrollado un indicador de combustible preciso para la Tierra y ser capaces de calcular la cantidad de combustible que queda en el interior de la Tierra“, ha explicado McDonough.
El nuevo detector Jinping, que será enterrado bajo las laderas del Himalaya, será cuatro veces más grande que los detectores existentes. El detector JUNO subterráneo cerca de la costa del sur de China será 20 veces más grande que los detectores existentes.“Saber exactamente la cantidad de energía radiactiva que hay en la Tierra nos dará datos sobre el consumo acerca de la tasa de consumo de la Tierra en el pasado y su futuro presupuesto de combustible — ha indicado McDonough– Al mostrar lo rápido que el planeta se ha enfriado desde su nacimiento, se puede estimar cuánto tiempo durará este combustible”.
(Fuente: europapress.es)
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