El estudio del cuásar más brillante de la constelación de Virgo, el 3C273 –gracias al radiotelescopio ruso RadioAstron– ha permitido descubrir que el chorro de plasma que sale desde su núcleo activo es mucho más brillante y más caliente de lo que se suponía considerado modelos teoréticos, publica RIA Novosti.
"El descubrimiento contradice nuestra percepción de la naturaleza del brillo de los cuásares. Aún no hemos encontrado ni una explicación de lo cómo puede ser que la temperatura sea diez veces más alta. Supongo que detrás de este resultado sorprendente se esconde un nuevo capítulo en el estudio del Universo lejano", afirma Nikolái Kardashev, jefe del proyecto RadioAstron.
Según el coordinador principal del proyecto RadioAstron, Yuri Kovaliov, del Centro Astroespacial del Instituto de Física de la Academia de Ciencias rusa, los primeros descubrimientos de este tipo ya se produjeron en 2012. Hace cuatro años que los estudios de RadioAstron han mostrado que las temperaturas de los chorros de plasma que se expulsan desde dentro de los agujeros negros supermasivos superan los límites previstos e incluso los sobrepasan.
Durante los dos años posteriores, el equipo astrofísico ruso no estaba seguro de que sus resultados correspondieran a la realidad y continuó realizando su labor. En 2012, Kovaliov comentó el estado de la investigación entonces dirigiéndose al Comité de Investigaciones Espaciales: "Si ello queda confirmdo por nuestros estudios, transformará nuestro concepto de los procesos que tienen lugar en los núcleos de los cuásares", asevera.
Actualmente, Kardashev y Kovaliov al mando de sus respectivos sus equipos están dispuestos a confirmar su conclusión a partir de la observación del cuásar 3C273, situado a una distancia de 2.000 millones de años luz de la Tierra en dirección a la constelación de Virgo. La lejana ubicación de los cuerpos celestes no es precisa y final, ya que la distancia entre ellos y nuestro planeta aumenta de manera permanente debido a la expansión del Universo.
No obstante, el radiotelescopio cósmico ruso Spectr-R, integrante del área espacial del proyecto RadioAstron, junto a los telescopios terrestres de Effelsberg (Alemania), Green Bank (EE.UU.) y Arecibo (Puerto Rico), han obtenido datos precisos de que el núcleo y chorro de plasma del cuásar 3C273 se encuentran a una temperatura de entre 20 y 40 billones de grados kelvin, según reza el estudio publicado en la revista 'Astrophysical Journal Letters'.
El dato parece asombroso si se tiene en cuenta que la temperatura máxima del plasma, del que están formados los chorros de cuásares, no puede superar los 500.000 millones de grados kelvin.
Si la energía de los electrones supera este límite, estos comenzarían a transmitir su energía a fotones y a enfriarse. Ello explica esta barrera térmica. "De alguna manera, el cuásar 3C273 logra mantener la temperatura extrema. Hemos expresado algunas ideas. Vamos a analizarlo. Es un descubrimiento científico exitoso que nos ayudará a comprender mejor la naturaleza de los cuásares", concluye Kovaliov.
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