El trastorno, cuyos síntomas se presentan con visión borrosa, dolor de cabeza y pérdida de conciencia, mata a los pacientes a las 24 horas de enfermarse
Al menos 18 personas murieron la pasada semana en manos de una extraña enfermedad aparecida en la ciudad de Ode-Irele, en el suroeste de Nigeria, que preocupa enormemente a las autoridades sanitarias.
El trastorno, cuyos síntomas se presentan con visión borrosa, dolor de cabeza y pérdida de conciencia, mató a los pacientes a las 24 horas de enfermarse. Nigeria fue declarada libre de ébola el pasado octubre, y las autoridades sanitarias estaban muy preocupadas con la posibilidad de que la enfermedad hubiera vuelto al país. No es el caso.
Un portavoz del gobierno del estado nigeriano de Ondo, Kayode Akinmade, ha explicado a AFP que los análisis de laboratorio realizados hasta ahora descartan que se trate de ébola o de algún otro virus conocido y ha descrito la patología como “misteriosa”.
El domingo el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gregory Hartl, explicó que podría tratarse de una intoxicación causada por los herbicidas utilizados en la zona. Se trata, por el momento, de la teoría más plausible, ya que “los análisis que se han hecho hasta ahora dieron negativo a infecciones virales y bacterianas”.
Un grupo de médicos formado por doctores nigerianos y de diversas ONG, así como epidemiólogos de la OMS, han llegado a Ode-Irele para investigar la situación. Los científicos han recogido análisis de sangre y orina de dos víctimas, y líquido cefalorraquídeo de una tercera, que se están analizando en la Universidad de Lagos.
Hasta que no se tenga más información sobre la enfermedad, las autoridades han pedido que se sigan los mismos protocolos que con el ébola: esto es, usar trajes protectores e incinerar los cadáveres.
Los chamanes ofrecen una explicación sobrenatural
Mientras los científicos buscan la causa de las 18 muertes –acontecidas todas ellas en la última semana–, los líderes religiosos de esta región con gran presencia de credos animistas, aseguran que se trata de un castigo divino.
Moisés Enimade, líder espiritual de Oda-Irele, cree que la enfermedad llegó como castigo por el “sacrilegio” cometido contra el dios Molokun. Según ha explicado el líder local al diario nigeriano This Day, “algunos jóvenes irrumpieron en la sala interior del santuario de Molokun” el pasado miércoles.
“Molokun es una deidad de la tierra”, dijo. “Solo el sumo sacerdote y el gran jefe Gboguron pueden entrar en el santuario”, explicó Enimade. Tras destrozar varias ofrendas hechas a la deidad, y dado que los jóvenes no estaban autorizados a irrumpir en el santuario, “tuvieron que enfrentarse a la pena de muerte”, sostiene el líder de Oda-Irele.
“Tenemos que calmar a los dioses o todavía moriremos muchos. Tenemos que enterrarlos según la tradición. Sus cadáveres pertenecen a los dioses”, añadió. Sus declaraciones no ayudarían a contener una enfermedad tan desconocida como letal, ya que las tradiciones funerarias de la zona implican un contacto directo con los cadáveres.
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