Un misterioso hombre miembro de una sociedad secreta manda construir el “Stonhenge de Estados Unidos”, un enorme monumento con instrucciones para una nueva humanidad erigido en un pequeño pueblo de Georgia… y luego desaparece.
Las construcciones enigmáticas, pirámides o templos de significados cósmicos, parecen pertenecer a otra era y a otra geografía, acaso Egipto o Yucatán. Pero un extraño monumento construido en un pueblo de Georgia en 1980 parece tener algunas de las propiedades misteriosas que hacen que cientos de personas se pregunten por su origen y elaboren teorías conspiratorias sobre su significado. Las Georgia Guidestones [“Guías de Piedra de Georgia”], una especie de manual de granito para una era post-apocalíptica (el “Stonhenge de Estados Unidos”) podría ser el monumento más bizarro de nuestros días.
La historia conocida de las Georgia Guidestones comenzó en 1979 cuando un elegante forastero de entre 70 y 80 años llegó al pueblo de Edelton, Georgia, la capital de granito del mundo. Se presentó en las oficinas del Elberton Granite Finishing para solicitar la construcción de un masivo monumento. Dijo llamarse Robet C. Christian y ser representante de un “pequeño grupo de leales estadounidenses”.
El monumento que tenía en mente serviría como compás, calendario y reloj, se ajustaría a precisas coordenadas astronómicas y sería capaz de resistir una catástrofe mundial. El presidente de la compañía de granito, Joe Fendley, uno de los únicos dos hombres que trataron con Christian, al escuchar las proporciones del monumento y darse cuenta de que requeriría piedras más grandes de las que jamás se habían cortado en Elberton, pensó que se trataba de una broma o de un delirio.
Fendely, en ese tenor, le dio al extraño un precio exorbitante en espera de que éste se desalentara y se fuera. Christian solo preguntó que cuánto tiempo tardaría. Por lo menos 6 meses, Fendely, añadiendo sin embargo que necesitaba comprobar que podía pagar por semejante trabajo. Christian le pidió que lo llevara con un banquero de confianza. Wyatt Martin fue el elegido.
Martin, el único otro hombre con el cual tuvo contacto Robert C. Christian, relata que Fendley le habló diciendo, “hay un loco aquí que quiere construir un monumento”, lo cual le hizo dudar, pero cuando conoció a Christian y vio sus vestimentas elegantes y su sofisticada educación empezó a escuchar lo que le decía. Se sorprendió cuando Christian le dijo que su nombre era un seudónimo y que representaba a un grupo que llevaba 20 años intentando construir un monumento pero que quería mantener su identidad en secreto para siempre.
Martin le dijo que necesitaba saber el nombre verdadero de Christian para respaldar la operación. Éste accedió logrando que Martin prometiera que nunca revelaría su nombre verdadero, algo que hasta la fecha no ha hecho. Christian le confirmó entonces que le mandaría el dinero de diferentes cuentas bancarias para que no lo puedieran rastrear. Luego contrató una avioneta para definir la ubicación del monumento y antes de irse del pueblo se reunió con Fendley, al que le dejó en una caja de zapatos un documento con todas las especificaciones del proyecto. Y nunca volvió. Su única comunicación fue por correo con el banquero Martin.
El “Stonhenge de Estados Unidos” consta de inscripciones en 8 de los idiomas más representativos del planeta (inglés, español, ruso, chino, árabe, hebroo, hindi y swahili). Además de una especie de misión del monumento que dice: QUE ESTAS PIEDRAS SEAN GUÍAS PARA UNA EDAD DE RAZÓN, leyenda inscrita en jeroglíficos egipcios, griego clásico, sánscrito y escritura cuneiforme babilónica.
Para las especificaciones estelares y planetarias, Fendley tuvo que contratar a un astrónomo de la Universidad de Georgia. Las cuatro piedras del perímetro externo están orientadas con base en los límites del curso solar. La columna central está calibrada para que la estrella polar sea visible a todas horas y un espacio que alinea con la posición del Sol en el amanecer de los solsticios y equinoccios. El principal componente de la piedra central tiene una apertura de entre 17 y 20 centímetros a través de la cual pasa un rayo de sol al mediodía que a su vez brilla en otra piedra indicando el día de del año. La construcción pesa más de mil toneladas.
Cuando el monumento fue develado en marzo de 1980, Fendley se convirtió en el habitante más famoso de Elberton; al acto asistió el congresista local y poco después el monumento se convirtió en una atracción turística. Al mismo tiempo empezó a crecer en torno suyo el aura de misterio que acompaña a las piedras del monumento. Los ciudadanos se preguntaban quién había realizado tal empresa. Fendley y Martin tuvieron que someterse a un detector de mentiras para comprobar si ellos estaban detrás del proyecto. Sin embargo, no se dio a conocer quién lo había financiado.
La controversia fue alimentada por los mensajes inscritos en las piedras:
- MANTENGAN A LA HUMANIDAD POR DEBAJO DE LOS 500 MILLONES DE HABITANTES EN CONSTANTE BALANCE CON LA NATURALEZA
- GUÍEN LA REPRODUCCIÓN CON INTELIGENCIA —MEJORANDO EL BIENESTAR Y LA DIVERSIDAD
- VALOREN LA VERDAD, LA BELLEZA, EL AMOR —BUSCANDO ARMONÍA CON EL INFINITO
- DEJEN QUE TODAS LAS NACIONES SE GOBIERNEN INTERNAMENTE RESOLVIENDO TODAS LAS DISPUTAS EXTERNAS EN UNA CORTE MUNDIAL
- GOBIERNEN LAS PASIONES, LA FE, LAS TRADICIONES —CON UNA RAZÓN TEMPLADA
- NO SEAN UN CÁNCER EN LA TIERRA —DEJEN ESPACIO PARA LA NATURALEZA —DEJEN ESPACIO PARA LA NATURALEZA
El ministro local, James Travestand, pronosticó que el sitio se llenaría de ocultistas y que un día se realizaría ahí un sacrificio. Charly Clamp uno de los trabajadores (soundblaster) del monumento encargado de perforar más de 4 mil caracteres en las piedras, dijo que durante sus labores de inscripción había escuchado “voces fragmentadas” y una “música rara”. Yoko Ono, en un álbum tributo a John Cage, contribuyó con la canción Georgia Stone en la que citaba la última de las diez inscripciones: “No sean un cáncer en la tierra, dejen espacio para la naturaleza, dejen espacio para la naturaleza”.
En el 2005 Mark Dice, autor del Resistence Manifesto, pidió que las piedras fueran demolidas porque tenían un profundo origen satánico. Según Dice, Christian era miembro de una sociedad secreta de élite que “planea desarrollar tecnología para extender su vida y evitar el proceso de envejecimiento, la cual teme que, con el nivel de población de la Tierra, las masas se acaben los recursos naturales que quieren para ellos mismos”.
Jay Weidner, estudioso de las sociedades secretas, considera que el nombre R.C. Christian es un homenaje al legendario fundador de los rosacruces, hermano C.R.C, más tarde conocido como Christian Rosenkreuz. Según Wiedner los rosacruces han pasado por generaciones el conocimiento de un ciclo solar que tiene su clímax cada 13 mil años, momento en el que tormentas de la masa coronal del Sol supuestamente destruirían el mundo. Mientras tanto, según Wiedner, la oscura organización detrás de las Piedras de Georgia orquesta un caos planetario, el cual tiene como plan maestro la reducción de la población y la instauración del multi-mentado “Nuevo Orden Mundial” (incluso las piedras han sido vandalizadas con consignas en contra de este supuesto plan de control global).
Otros hacen la inevitable referencia pop y aseguran que las Georgia Guidestones son una especie de monolito, al estilo Odisea Espacial 2001, que emite frecuencias para activar la conciencia del ser humano.
Al preguntar al banquero Martin qué piensa de todo esto, dice que le gustaría revelar la verdad, pero que no puede, porque prometió llevarse el secreto a la tumba. Asimismo, repite lo que supuestamente el mismo R.C. Christian respondió sobre la naturaleza de los misterios cuando alguna vez le preguntó sobre la organización que representaba (citando a Henry James refiriéndose a Stonehenge):
Le puedes hacer cien preguntas a estos gigantes cincelados mientras se inclinan en oscura contemplación de sus compañeros caídos, pero tu curiosidad se desmorona en la vasta quietud solar que los envuelve.
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