El volcán Turrialba entró en una fase activa de mayor constancia desde octubre y este jueves registró su erupción más importante desde 1996. Se ha decretado la "alerta máxima" y se empiezan a producir evacuaciones, a la vez que se ha cerrado el aeropuerto internacional de Juan Santamaría.
Pero ya este jueves, tres erupciones dejaron en evidencia la furia del coloso. La primera de ellas se registró a eso de las 11:00 a.m. y duró cerca de seis minutos; dejó como saldo varios puntos del Valle Central cubiertos de la ceniza: Tibás, Guadalupe, Coronado, Escazú, Hatillo, San Sebastián, fueron solo algunos de los sitios que reportaron las emanaciones del Turrialba.
Sin embargo, el panorama empeoró a eso de la 1:38 p.m. cuando una segunda erupción se extendió durante 23 minutos y la columna con las emanaciones alcanzara cerca de 1.000 metros de altura, haciendo preciso que Aviación Civil encendiera la alerta por la posible interferencia con los vuelos. Un evento más de similar magnitud se registró a eso de las 2:50 p.m.
La importante actividad hizo preciso que el Comité Local de Emergencias activara los protocolos de la alerta amarilla, cerrando el paso a la altura de La Pastora, La Central y Las Virtudes. Además de esto, los aeropuertos Juan Santamaría y Tobías Bolaños suspendieron los vuelos por la cantidad de ceniza en la pista y en el ambiente, factor que dificultaba la visibilidad; en Alajuela el panorama se mantendrá así hasta este viernes a las 8:00 a.m.
Diez escuelas en las cercanías del coloso se mantendrán cerradas durante este viernes, como parte de los protocolos que sigue la Comisión Nacional de Emergencias (CNE); los vecinos por su parte, califican de “normal” panoramas de emergencia como este, aunque admiten que la situación no deja de ser preocupante.
Miguel Salazar del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), señaló que las dos erupciones registradas en la tarde “no se pueden comparar con la de la mañana, porque fueron mucho más extensas y grandes por la cantidad de material, inclusive desde La Central, que estamos a más de dos kilómetros en la última erupción, sonó una explosión y vimos salir piedras”, dijo Salazar. Salazar relató que luego de esto, la CNE evacuó a dos mujeres y algunos niños vecinos de las zonas aledañas al volcán.
Actividad impredecible y preocupante
Los vulcanólogos de la Universidad de Costa Rica aseguran que es imposible hacer una predicción de lo que podría suceder en el Turrialba luego de este jueves, indican que dicha actividad sí es preocupante. El vulcanólogo Gino González indicó que posiblemente se den más erupciones freáticas (de gas, vapor y agua), “es posible que este viernes se vayan a dar nuevos eventos o haya episodios de calma, pero cuando ocurren estas señales sísmicas tan características nos dan indicios de que nuevas erupciones freáticas se pueden dar (…)” y aseguró que deberán determinar si durante estos eventos hubo presencia de magma.
González indicó que no se puede tampoco saber si esta actividad podría influir en otros volcanes ya que si bien son eventos importantes a nivel del volcán son relativamente superficiales. Mientras tanto, Raúl Mora dijo que a su parecer este comportamiento no es normal y que no se sabe cuanta energía tiene almacenada el coloso, tampoco se puede hacer una predicción de si habrá eventos mayores con un alcance mayor (…) en este caso uno no puede pensar que se está liberando energía y se está estabilizando el volcán, estamos en un proceso muy inestable”, dijo Mora.
Será este viernes cuando los expertos traten de acercarse hasta el cráter activo para realizar el análisis de campo, “en San José y el Valle Central existe la posibilidad de que siga cayendo ceniza y las personas deberán tener sus medicamentos a mano así como mascarillas aquellas personas que lo necesiten”, dijo el vulcanólogo
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