'Todo debe ser reconstruido', anuncia desolado el presidente del archipiélago nación. Denuncia el cambio climático como uno de los factores de la ferocidad del fenómeno
“Después de todo el desarrollo que se había alcanzado en los dos últimos años, llega este ingente ciclón y destruye todas las infraestructuras que habíamos construido. Todo signo de desarrollo ha sido borrado“. En declaraciones a AP, el presidente añadió que ahora “tenemos que comenzar desde cero“.
Tres días después de que el ciclón se abatiera sobre las islas, aún es imposible evaluar la magnitud del desastre. Aún no se han recuperado comunicaciones con las islas más remotas y los daños son tan ingentes que las agencias humanitarias -que ya lo han catalogado como uno de los principales desastres meteorológicos que han asolado la región del Pacífico- no pueden distribuir la ayuda que está llegando desde que, el domingo, el aeropuerto fuera reabierto. Se estima que el acceso a la ayuda humanitaria podría demorarse varios días dado el enorme desafío que supone llegar físicamente a las zonas más devastadas.
Según testimonios recabados en la capital de las Vanuatu, la devastación es inmensa. Prácticamente cada edificio ha sufrido daños y los residentes comienzan a desesperarse por agua potable. Los escombros que cubrían las calles han comenzado a ser retirados y quemados, lo cual contamina el aire de la capital. El único hospital de la ciudad está a medio rendimiento porque buena parte del personal no puede llegar al mismo. Un funcionario de la ONU ha llegado a describir la ciudad “como si hubiera sido afectada por la explosión de una bomba”.
Informaciones inquietantes
Lo más inquietante es que sólo llega información de la isla de Efate, donde se alza Port Vila (donde se estima que el 90% de las infraestructuras han resultado seriamente dañadas o destruidas) y no del resto del país. El archipiélago está compuesto por 80 islas con una población total de 270.000 personas, y las primeras informaciones -hay vuelos de reconocimiento tomando imágenes por aire de las zonas más incomunicadas- son inquietantes. Datos recabados por Cruz Roja Australia señalan una “total devastación” de la isla de Tanna, situada al sur de Port Vila. Sólo la ONG World Vision ha anunciado que no ha podido contactar aún con 30 de sus empleados.
En declaraciones a Afp, el director de Oxfam en Port Vila, Colin Collett van Rooyen, señaló las prioridades de la población en estos primeros momentos: agua potable e instalaciones sanitarias. “El viernes, la primera emergencia fue la llegada misma del Ciclón Pam, pero las enfermedades serán la segunda emergencia dadas las carencias de agua potable, kits de higiene mínima y aseos provisionales”, afirmó. “Hay más de 100.000 personas que han quedado potencialmente en la calle. Cada colegio ha quedado destruido, los refugios están llenos y todas las instalaciones médicas, incluso la morgue, han quedado dañadas”.
El director de Save de Children en Vanuatu, Tom Skirrow, consideró que el desafío logístico que implica la entrega de ayuda en las islas Vanuatu es mucho mayor al enfrentado tras el paso del super tifón Haiyan sobre Filipinas, en noviembre de 2013, que dejó 7.350 muertos o desaparecidos causando destrozos en una zona de la misma extensión que Portugal. “Estuve presente en la respuesta al Haiyan y puedo decir, al 100%, que esto presenta problemas logísticos mucho más complicados“, aseguró. “Las cifras son menores, pero el porcentaje de población afectado es mucho mayor”. Por su parte, UNICEF estima en 60.000 el número de menores de edad en riesgo tras el paso del ciclón. Por el momento, las autoridades de Vanuatu sólo han confirmado ocho víctimas mortales a la espera de recabar datos más allá de la capital.
El presidente Lonsdale, que desde el sábado ha intensificado sus llamamientos de ayuda a la comunidad internacional, ha señalado al cambio climático como principal factor del desastre. En los últimos años, señaló el presidente, el país ya estaba asistiendo a cambios bruscos en las pautas meteorológicas, lluvias torrenciales inusitadas y a una elevación del nivel del mar. “Este año hemos tenido más tormentas que nunca. Sí, el cambio climático contribuye a todo esto”, añadió el presidente en un emocionado discurso. “Estoy muy sensible. Todos tenemos el mismo sentimiento. No sabemos qué ha pasado a nuestras familias porque no podemos contactarlas, no sabemos si están a salvo“, dijo. “Como líder de la nación, me duele el corazón por la población de mi país”.
Pocos dudan de que el fenómeno que ha hecho retroceder décadas a las Vanuatu, considerado uno de los países menos desarrollados del mundo con un tercio de la población viviendo de la agricultura, ha sido agravado por el calentamiento global. El presidente de las Kiribati, Anote Tong, también presente en la conferencia celebrada en Japón, ha pedido una acción común y eficaz para combatir el cambio climático y prevenir nuevas tragedias. “Es el momento de actuar. Debemos acompañar la retórica de estos encuentros internacionales con promesas y compromisos para hacer lo posible para mejorar las vidas de quienes más lo necesitan”. Anote Tong añadió que “en las islas de baja altitud, los peligros del calentamiento global afectan a nuestra gente de diferentes maneras. Es una catástrofe que afecta a nuestros derechos y amenaza nuestra mera supervivencia
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