La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) confirmó este jueves la llegada de El Niño, un fenómeno que produce el calentamiento de las aguas del Pacífico a la altura del ecuador y que causa cambios climáticos a escala planetaria.
Sin embargo, fuentes de la NOAA dijeron que los efectos de El Niño en el clima global serán limitados ya que el fenómeno se ha producido de forma tardía y débil.
Según la organización, donde sí podría notarse el efecto de El niño es en partes del hemisferio norte en los próximos meses pudiendo provocar “condiciones más húmedas de lo habitual en la costa del Golfo de México en EE.UU.”.
Halpert señaló que existen muchas posibilidades de que el actual fenómeno de El Niño continúe durante el verano boreal.
Según destaca desde Los Ángeles el periodista de BBC Mundo Jaime González, en California existe la esperanza de que El Niño haga que aumenten las precipitaciones, en un momento en el que este territorio del oeste de EE.UU. atraviesa una grave sequía.
El último fenómeno de El Niño que se registró ocurrió en el periodo 2009-2010, aunque no fue tan intenso como el que se dio en los años 1997-1998, que causó inundaciones y sequías a escala planetaria.
El ciclo conocido como Oscilación del Sur El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés), se refiere a un periódico calentamiento y enfriamiento del Océano Pacífico en los trópicos, un ciclo que afecta gran parte de África, Medio Oriente, India, el sureste asiático, Australia y América, regiones en las que vive la mitad de la población mundial.
Según los científicos, “el ENSO impulsa una variabilidad sustancial en las precipitaciones, producción agropecuaria, ecosistemas y enfermedades en muchas partes del mundo”.
Cuando El Niño está activo, sube la temperatura y se reducen las precipitaciones en algunas regiones, mientras que en otras se incrementan las lluvias.
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