En las cataratas de Iguazú, en Brasil, ha saltado la alerta. Tras cinco días de lluvia consecutivos en el sur del país, las autoridades las han cerrado de nuevo al público debido a su crecida, la mayor de los últimos 16 años.
El río Iguazú está desbordado y su caudal es trece veces mayor de lo habitual en esta época del año. El agua ha estado de arrasar las pasarelas y las rampas de acceso.
Brasil han declarado el estado de emergencia en 24 ciudades y hay 50.000 casas afectadas en el estado de Paraná. Mientras, en Argentina, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha dado instrucciones para que se ofrezca asistencia a los damnificados por las inundaciones en el noreste del país.
Según ha informado este lunes su jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, Fernández «no descarta hacer una recorrida por la zona en el transcurso de los próximas horas o días» con el fin de ver de primera mano la situación sobre el terreno como consecuencia de las inundaciones registradas por la crecida de los ríos Paraguay, Uruguay e Iguazú
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