La Tierra es un planeta que está compuesto en su mayoría por agua, y es la manera en que los seres vivos podemos sobrevivir. Es un elemento fundamental para la vida, pero a pesar de esto, es posible que algún día nos quedemos sin ella. Solo piensa un poco en todas las veces en que usas agua al día y te darás cuenta de lo importante que es. Quedarnos sin agua es un peligro que corremos, pero sobre el cual solo podemos especular.La crisis del agua
Sin embargo, todos los días hacemos cosas innecesarias que malgastan el agua del planeta. A pesar de que todos coincidamos en que un inodoro es una necesidad, ¿es realmente necesario utilizarlo inconscientemente al tirar de la cadena? También dejamos las canillas abiertas perdiendo preciosa agua, pero no nos detenemos a pensarlo cuando lo hacemos.
La falta de agua ya está comenzando a notarse en sitios en donde antes abundaba, y ya no nos referimos a los desiertos o zonas secas. Una de cada seis personas en el mundo no tiene acceso a agua limpia y sana para tomar. A todo esto hay que agregar que la población sigue creciendo, pero no lo hacen las reservas de agua.
El cambio climático también es un factor importante en este proceso, pero sobre todo lo es el avance económico. Esto implica más fábricas e industrias utilizando agua para mantenerse trabajando, y a medida que la economía crece, la población requiere mejores condiciones en sus hogares. China e India por ejemplo están creciendo a ritmo acelerado, pero al mismo tiempo tienen una población mundial que supera a la de los demás países.
Algunas soluciones
En algunos países ya se están realizando tratados con otras naciones para el suministro del agua, y es algo fundamental porque las fuentes de agua no tienen fronteras. Otra manera de cuidar el agua a futuro es controlar la irrigación en las plantaciones. La agricultura utiliza un 70% de los suministros de agua, pero 42% se pierde debido al mal uso.
El proceso de desalinización es también una realidad. Cuando los países ya no tengan agua dulce para tomar, deberán quitar la sal al agua de mar para poder beberla. El problema con este tipo de plantas son los costos, que en este momento son muy altos, pero se espera que en un futuro se reduzcan considerablemente.
Los alimentos genéticamente modificados también están en los planes, aunque no con agrado de todo el mundo. Las compañías están trabajando en productos que requieran menos agua para su crecimiento, y aunque todavía no se confía demasiado en los transgénicos, parece ser algo seguro que los consumiremos en un futuro.
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