Un grupo de buques de la Flota del Norte de Rusia compuesto por el crucero portaaviones “Almirante Kuznetsov” y el buque antisubmarino “Almirante Chabanenko” emprendieron una larga expedición.
Las misión no se revela. Lo que está claro es que ambos navíos prestarán servicios en el océano Atlántico y en el mar Mediterráneo.
El objetivo de la expedición consiste en garantizar la presencia de Rusia en importantes regiones del océano mundial. También se prestará atención especial a la seguridad de la navegación marítima.
Deberemos interactuar en diferentes regiones del océano mundial. Lo haremos con buques de la Flota de los mares Báltico y Negro. Los buques están dispuestos a cumplir todas las tareas planteadas ante el grupo de buques portaaviones.
Antes de zarpar el gigantesco crucero de 300 metros y 60.000 toneladas de desplazamiento y la aviación de cubierta fueron sometidos a una minuciosa inspección. Será una expedición larga y los 8 cazas de cubierta Su-33 y los dos helicópteros antisubmarinos Ka-27 deberán cumplir un gran número de misiones, entre ellas numerosos vuelos a diferentes regiones del océano mundial – dijo el subcomandante del grupo de helicópteros, Vladímir Komkin.
Los primeros días el grupo de buques avanzará en plena oscuridad, ya que en las altas latitudes reina actualmente la noche polar. Y días después los buques entrarán en las regiones del norte del Atlántico, donde habrá un poco de claridad y allí empezarán a cumplir las primeras tareas de instrucción de combate.
Se sabe asimismo que durante la expedición el grupo de portaaviones ruso entrará en el puerto sirio de Tartus, donde hay una base rusa. No obstante, la visita nada tiene que ver con los acontecimientos políticos que ahora tienen lugar en ese país. La base de Tartus existe hace poco menos de 40 años y es un punto de mantenimiento material y técnico de la flota rusa.
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