Un equipo de científicos de Boston University y los Laboratorios de Neurociencia Computacional ATR en Kyoto, Japón, han dado un primer paso en el desarrollo de una técnica para programar el cerebro a que aprendas cosa, directamente sin tu tener experiencia previa.
O en otras palabras, hablamos de un primer paso para llegar a algo como las escenas que vimos en la película The Matrix, en donde el aprendizaje es un simple software que se descarga a nuestros cerebros.
“¿Quieres aprender Kung Fu en dos minutos? Tenemos un programa para eso”, es lo que nos dirán en algún momento en este siglo…
La técnica consiste en utilizar fRMI (Imágenes de Resonancia Magnética Funcional, por sus siglas en inglés), no para formar imágenes del interior del cerebro, sino que para escribir patrones en el cerebro.
Específicamente, se programó de forma primitiva una parte del cerebro involucrada en la formación temprana de imágenes. La idea del experimento fue traspasar imágenes visuales de una persona a otra, de modo que la otra persona aprendiera el patrón visual que originalmente era de otra persona.
En un futuro, al menos en teoría, el sistema funcionaría de la siguiente manera (asumamos que quieres aprender a pilotear un avión en pocos minutos):
1. Se escanea el cerebro de una persona que ya sabe volar un avión, mientras esta vuela el avión.
2. Se graban los patrones generados durante el proceso de volar el avión, aislándolo de otros patrones.
3. Esa información ahora se almacena en un computador, en esencia representando una “experiencia”.
4. Ahora se le coloca a la persona que quiere aprender a volar el avión un dispositivo alrededor de su cerebro, que impregna el patrón de la primera persona en las mismas áreas del cerebro que compaginan con la segunda persona.
5. El resultado final es que la segunda persona ahora contiene patrones en su cerebro que son análogos a los de la primera persona, en esencia ahora sabiendo pilotear un avión.
Noten que aunque esta técnica está apenas dando sus primeros pasos, que ya se comprobó que la técnica funciona incluso sin los pacientes saber que están aprendiendo algo. Es decir, esto funciona incluso de forma subliminar, pues al fin y al cabo lo único que estamos haciendo es escribiendo software en el cerebro (similar a como en una PC de hoy día escribimos un programa descargado de Internet mientras el sistema operativo continúa funcionando como si nada).
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