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lunes, 6 de julio de 2015

Al ritmo actual de emisiones, los peces «huirán» a aguas más frías más rápido

Un estudio advierte de que se cierra la ventana de oportunidad para frenar los efectos del calentamiento en los océanos

Los investigadores comparan el futuro de los océanos bajo dos escenarios de cambio climático. En uno, se contempla una limitación del calentamiento atmosférico a 2ºC para el año 2100, tope considerado seguro por los científicos. En el otro, se continúa emitiendo al ritmo actual, una situación que los investigadores dicen que podría llevar a un aumento de la temperatura media global de 5ºC. Y concluyen que si el calentamiento continúa sin control el pescado migrará fuera de sus hábitats actuales un 65 por ciento más rápido, dando lugar a cambios en las funciones de la biodiversidad y de los ecosistemas.
Su análisis revela que las tendencias actuales de las emisiones influirían rápida y significativamente en el calentamiento, la acidificación, el aumento del nivel del mar y la expansión de las zonas muertas en los océanos, alterando drásticamente muchos ecosistemas marinos (así como los importantes servicios que prestan) para el año 2100. Aunque se redujeran masivamente las emisiones de carbono para ajustarnos a la senda de los 2ºC, habría impactos dramáticos en muchos ecosistemas marinos que ya no se podrán evitar, dicen los investigadores, si bien insisten en que los responsables políticos y los negociadores del clima podrían minimizar el daño con una combinación de mitigación, protección, adaptación y reparación.
Limitar las emisiones
En el artículo, los investigadores apuntan a la necesidad de limitar las emisiones para ayudar a reducir el impacto del aumento de las temperaturas atmosféricas y la acidificación de los océanos.
«Todas las especies y los servicios que obtenemos de los océanos se verán afectados por lo que todos los que se benefician de estos bienes y servicios son vulnerables», dijo William Cheung, profesor asociado y codirector del Programa de Nereo en la Universidad de British Columbia. «En clave positiva podemos decir que todavía tenemos opciones para reducir sustancialmente estos impactos, pero también que cuanto más esperemos tendremos cada vez menos opciones».

peces
Este estudio forma parte de la Iniciativa por los Océanos 2015, en la que trabaja un equipo internacional de investigadores de Europa, Australia, Estados Unidos y Canadá. Este examen sobre cómo el cambio climático tendrá un impacto en la pesca y en las muchas comunidades costeras que dependen fuertemente de los recursos pesqueros para la alimentación y la seguridad económica, seguro que servirá de guía para el debate en la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, que se celebrará en diciembre de este año en París y de la que se espera que salga un acuerdo universal y vinculante. Se calcula que los océanos proporcionan bienes y servicios por valor de cientos de miles de millones de dólares al año.

Cambios en lo que comemos
Este año, un estudio publicado en la revista «Nature Climate Change» concluía que algunos peces como el lenguado, el eglefino o la solla, que llegan a las mesas europeas procedentes del Mar del Norte, podrían ser cada vez menos comunes en nuestras comidas debido al calentamiento del agua del mar. La temperatura del agua limita la distribución de las poblaciones de peces y algunas especies solo pueden prosperar en ciertos hábitats y profundidades.

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