Los controladores tuvieron que variar la ruta de la aeronave, con 108 personas a bordo, para evitar el choque
El dron se interpuso en la trayectoria del avión en el momento en que este encaraba la pista de aterrizaje del aeropuerto polaco y llegó a aproximarse a una distancia de 330 pies (100 metros) cuando la aeronave se encontraba a 760 metros de altura. Los hechos reabren el debate sobre el uso de los drones, especialmente en las cercanías de aeropuertos.
Los pilotos de la aeronave alertaron inmediatamente de la presencia del aparato no tripulado a la torre de control, que procedió a modificar el rumbo del avión de pasajeros para evitar la colisión. La aeronave aterrizó sin problemas a las 16.09 hora local, según ha confirmado a Reuters un portavoz de Lufthansa. Varios helicópteros militares y policiales fueron enviados a la zona del incidente, pero no identificaron el dron.
La policía polaca ha abierto una investigación para identificar al responsable del manejo del dron en un espacio que se encuentra en la trayectoria de aterrizaje de las aeronaves que diariamente toman tierra en el mayor aeropuerto de Polonia.
El contratiempo es el primero de esta índole que registra Aviation Herald, una página web que registra todos los incidentes y accidentes aéreos y que goza de prestigio y reconocimiento en el sector. Este sitio web desvela la conversación en la que los pilotos del Embraer de Lufthansa advierten a la torre de control de que “deben tener cuidado” con lo que ocurre en su espacio aéreo y en la que califican lo ocurrido de “muy peligroso”.
La UE está trabajando en una nueva regulación de seguridad y privacidad para la utilización de drones con fines agrícolas o para la filmación de eventos, una realidad que ha emergido en los últimos años. El Ejecutivo comunitario espera tener listo en otoño el paquete legislativo en el que está incluida esta nueva normativa.
Sin embargo, algunos Estados miembros se han adelantado y han legislado sobre esta cuestión: desde junio, Alemania impide el uso de drones en un radio de 1,5 kilómetros de cualquier aeropuerto. Cualquiera persona o empresa que quiera volar uno de estos aviones no tripulados dentro de ese perímetro debe pedir permiso a las autoridades de control aéreo y asegurarse, en todo caso, de que el aparato no supera los 50 metros de altitud.
A principios de año el uso de drones causó cierto revuelo en Francia después de que se divisaran algunos de ellos en zonas sensibles de París.
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