Se ubica entre 20 y 45 kilómetros por debajo del super volcán de Yellowstone, en la parte inferior de la corteza terrestre, y se descartó cualquier riesgo de erupción por magma subterráneo.
Un grupo de geofísicos acaba de publicar un estudio en el que revelan el descubrimiento de una nueva cámara de magma que alimenta el volcán. Esta segunda cámara localizada a una profundidad de entre 19 y 45 kilómetros alberga una cantidad enorme de magma que oscila entre los 30.000 y los 160.000 kilómetros cúbicos.
¿Cómo se mide una cámara subterránea a esas profundidades? La respuesta es curiosa: con terremotos. El equipo de geofísicos de la Universidad de Utah dirigido por el profesor Hsin-Hua Huang ha analizado datos de 4.520 pequeños seismos locales en la zona de Yellowstone, así como de 329 temblores distantes de mayor magnitud.
La velocidad a la que circulan las ondas de un terremoto varía en función de la composición y la temperatura de la zona por la que pasan. Esos cambios han funcionado casi como una especie de ecografía a gran escala para delimitar el complejo sistema de magma que alimenta esta enorme caldera.
Aún no se ha logrado dibujar el mapa completo del subsuelo bajo Yellowstone, así que no sería de extrañar que los cáculos se cuelvan a revisar en el futuro. La buena noticia es que el volumen de magma en estas cámaras no crece, sino que se mantiene constante. En otras palabras, Yellowstone duerme. Los fenómenos que observamos son solo su respiración.
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