Investigadores creen que microbios en balsas de agua salada serán los únicos supervivientes a la destrucción proveniente del Sol durante mil millones de años antes de que ellos también acaben extinguidos
El Sol convertido en
una gigante roja puede ser el final para la Tierra
La vida en la Tierra, si antes no sucede algo igual
de catastrófico, perecerá dentro de 2.800 millones
de años, cuando el Sol, moribundo, se intensifique hasta convertirse en
una gigante roja y transforme en una fritanga todo lo que se mueva sobre el
planeta. Unos mil millones de años antes, los únicos seres vivos serán unos organismos unicelulares que
sobrevivirán en balsas aisladas de agua salada caliente. Este es el
sombrío panorama que nos espera, según un grupo de investigadores de la
Universidad de St Andrews (Reino Unido), de cuyo trabajo, publicado en
Arsiv.org, se hace eco la revista NewScientist.
Utilizando lo que en la actualidad se conoce
sobre la Tierra y el Sol, los científicos han calculado una línea de tiempo para
las fases de la vida en nuestro planeta, mientras el Astro rey se expanda hasta
convertirse en una gigante roja, una
anciana grande e hinchada que ya ha consumido buena parte de su energía, un
escenario que es, casi sin duda, su fin más probable. Existen estudios previos
muy similares, pero en esta ocasión el equipo quería considerar qué
posibilidades tendría la vida de resistir en situaciones tan extremas.
Los astrónomos comenzaron modelando el aumento
de las temperaturas en la superficie de la Tierra en distintas latitudes, junto
con cambios a largo plazo en las características orbitales del planeta. Su
modelo, según recoge New Scientist, muestra que a medida que el Sol envejece y
calienta aún más la Tierra, la vida compleja se marchita: plantas,
mamíferos, peces y finalmente invertebrados desaparecerían al tiempo que
las temperaturas se disparan. Los océanos se evaporarán y
la tectónica de placas se irá al garete sin el agua como lubricante. Con el
tiempo, piscinas de agua salada caliente serán todo lo que exista en las
latitudes más altas, en cuevas subterráneas protegidas del calor exterior o bajo
la superficie terrestre. Los microbios que vivan en esas
aguas podrían gobernar la Tierra durante mil millones de años antes de
que ellos también acaben extinguidos sin remedio.
Extraterrestres muy básicos
Los investigadores han aplicado el mismo
modelo a estrellas de varios tamaños y han concluido que la vida en un planeta
parecido a la Tierra sería solo unicelular durante los primeros 3.000 millones
de años. La vida compleja existiría durante períodos relativamente cortos antes
de que la estrella comenzara a morir y los microbios volvieran a reinar. Los
científicos llegan a la conclusión de que, si realmente existe vida
extraterrestre, es más probable que se sea microbiana. Ser capaces de
detectar la firma de este tipo de vida es de extraordinaria importancia, ya que
planetas fuera de nuestro Sistema solar que nos parecen muertos quizás puedan
encontrarse en el final de su etapa habitable.
El futuro último para la Tierra es sombrío,
pero los investigadores dejan un hueco a la esperanza. Consideran que la
habitabilidad de los planetas alrededor de otras estrellas es más variada de lo
que se cree, lo que abre una ventana a la búsqueda de lugares, quizás los más
insospechados, donde pueda desarrollarse la vida.
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