Arqueología
Ésta es la conclusión a la que se ha llegado en un nuevo análisis de las inquietantes manchas de color marrón oscuro que cubren las paredes exquisitamente pintadas de la tumba de Tutankamon, un personaje histórico bien conocido por la leyenda de que una maldición cae sobre cualquiera que interrumpa el descanso de ese faraón.
El faraón Tutankamon ascendió al trono cuando tenía tan sólo 8 años de edad, y falleció contando con entre 18 y 20 años. Se le momificó y fue enterrado con otros antiguos reyes. Su tumba fue descubierta cerca de Tebas (Luxor), Egipto, en 1922.
A pesar de casi un siglo de investigación científica, sigue siendo un misterio la identidad precisa de estas manchas dentro de la tumba, pero el equipo del microbiólogo Ralph Mitchell de la Universidad de Harvard cree haber dado con la respuesta más probable.
Nadie sabe por qué Tutankamon murió tan joven. Diversas investigaciones han atribuido su muerte prematura a una lesión en la cabeza, una pierna rota infectada, malaria, anemia falciforme o drepanocítica, o quizás una combinación de varias desgracias.
Fuese cual fuese la causa de la muerte del rey Tutankamon, Mitchell cree que las manchas de color marrón revelan algo: que el joven faraón fue enterrado con una prisa inusual, antes incluso de que se secaran las paredes de la tumba.
Al igual que muchas construcciones antiguas, la tumba de Tutankamon tiene áreas en que la pintura está degradada o parcialmente desprendida, y también presenta algunas grietas en las paredes. Bajo un calor y humedad sofocantes, una multitud de turistas entra y sale del recinto, admirando la tumba pero también, de manera involuntaria, sometiéndola a riesgos biológicos.
Preocupado por la preservación de la tumba, el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto pidió ayuda al Instituto Getty de Conservación. Éste, a su vez, le hizo una serie de consultas a Mitchell.
¿Qué son las manchas de color marrón? ¿Los turistas las hacen empeorar? Y lo más importante: ¿Representan un peligro para la salud?
En su investigación, el grupo de Mitchell ha combinado la microbiología clásica con técnicas genómicas de vanguardia. El equipo de investigación ha estado cultivando muestras tomadas de las paredes de la tumba, así como realizando análisis de secuencias de ADN.
Paralelamente, unos químicos en el instituto Getty han estado analizando las manchas marrones, las cuales se han filtrado en la pintura y en el yeso.
Hasta ahora, los químicos han identificado subproductos del metabolismo de hongos (y a veces de bacterias), pero no se ha podido asociar organismos vivos específicos a las manchas.
Los resultados, según resume Archana Vasnathakumar del equipo de investigación, indican que los microbios que causaron las manchas están muertos, o por lo menos inactivos.
Además, el análisis de fotografías tomadas cuando la tumba fue abierta por primera vez en 1922, muestra que las manchas no han cambiado en los últimos 89 años.
Sin embargo, la identidad de los antiguos microorganismos continúa siendo un misterio.
La presencia de esas manchas de color marrón oscuro, a la luz de los resultados del nuevo estudio, sugiere que la tumba fue preparada a toda prisa. Todo apunta a que la pintura de la pared no estaba seca cuando fue sellada la tumba. Esa humedad, junto con la comida y el incienso que fueron depositados dentro de la tumba siguiendo la tradición, y la presencia de la propia momia, habrían proporcionado un ambiente favorable para el crecimiento microbiano, hasta que finalmente la tumba se secó.
El faraón Tutankamon ascendió al trono cuando tenía tan sólo 8 años de edad, y falleció contando con entre 18 y 20 años. Se le momificó y fue enterrado con otros antiguos reyes. Su tumba fue descubierta cerca de Tebas (Luxor), Egipto, en 1922.
A pesar de casi un siglo de investigación científica, sigue siendo un misterio la identidad precisa de estas manchas dentro de la tumba, pero el equipo del microbiólogo Ralph Mitchell de la Universidad de Harvard cree haber dado con la respuesta más probable.
Nadie sabe por qué Tutankamon murió tan joven. Diversas investigaciones han atribuido su muerte prematura a una lesión en la cabeza, una pierna rota infectada, malaria, anemia falciforme o drepanocítica, o quizás una combinación de varias desgracias.
Fuese cual fuese la causa de la muerte del rey Tutankamon, Mitchell cree que las manchas de color marrón revelan algo: que el joven faraón fue enterrado con una prisa inusual, antes incluso de que se secaran las paredes de la tumba.
Al igual que muchas construcciones antiguas, la tumba de Tutankamon tiene áreas en que la pintura está degradada o parcialmente desprendida, y también presenta algunas grietas en las paredes. Bajo un calor y humedad sofocantes, una multitud de turistas entra y sale del recinto, admirando la tumba pero también, de manera involuntaria, sometiéndola a riesgos biológicos.
Preocupado por la preservación de la tumba, el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto pidió ayuda al Instituto Getty de Conservación. Éste, a su vez, le hizo una serie de consultas a Mitchell.
¿Qué son las manchas de color marrón? ¿Los turistas las hacen empeorar? Y lo más importante: ¿Representan un peligro para la salud?
En su investigación, el grupo de Mitchell ha combinado la microbiología clásica con técnicas genómicas de vanguardia. El equipo de investigación ha estado cultivando muestras tomadas de las paredes de la tumba, así como realizando análisis de secuencias de ADN.
Paralelamente, unos químicos en el instituto Getty han estado analizando las manchas marrones, las cuales se han filtrado en la pintura y en el yeso.
Hasta ahora, los químicos han identificado subproductos del metabolismo de hongos (y a veces de bacterias), pero no se ha podido asociar organismos vivos específicos a las manchas.
Los resultados, según resume Archana Vasnathakumar del equipo de investigación, indican que los microbios que causaron las manchas están muertos, o por lo menos inactivos.
Además, el análisis de fotografías tomadas cuando la tumba fue abierta por primera vez en 1922, muestra que las manchas no han cambiado en los últimos 89 años.
Sin embargo, la identidad de los antiguos microorganismos continúa siendo un misterio.
La presencia de esas manchas de color marrón oscuro, a la luz de los resultados del nuevo estudio, sugiere que la tumba fue preparada a toda prisa. Todo apunta a que la pintura de la pared no estaba seca cuando fue sellada la tumba. Esa humedad, junto con la comida y el incienso que fueron depositados dentro de la tumba siguiendo la tradición, y la presencia de la propia momia, habrían proporcionado un ambiente favorable para el crecimiento microbiano, hasta que finalmente la tumba se secó.
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