Buscar este blog

viernes, 11 de noviembre de 2011

Crece la Ola de Consciencia. Cada vez más personas eligen comenzar una nueva vida al margen del Sistema

Marco, de directivo a ermitaño. Crecen los desertores del Sistema

“Antes no tenía nada más que el trabajo y yo no estaba en armonía con mis propias aspiraciones, sabía que el cargo de director no iba conmigo.

Absorbía toda mi vida más allá de las 8 horas de trabajo y era difícil “quitarme la espina” cuando estaba en casa. En lugar de eso quería establecer un contacto más profundo y más en armonía con el medio ambiente”

“Me di cuenta desde el principio que mi vida estaba sumergida en las necesidades secundarias provocadas por el Sistema. 

Yo estaba lleno de cosas que no necesitaba y de las que tenía que liberarme lentamente. De esta manera era más fácil hacer frente a las necesidades primarias de supervivencia -comida, ropa y refugio- y no seguir influenciado por el marketing, la política o las directrices de la escuela”

“Si todo el mundo eliminara lo superfluo y por medio de la introspección descubriese cómo cubrir sus necesidades básicas, se entendería fácilmente todo lo que podemos hacer en este mundo…”

Con rastas o con el osito de Tous, y como dice Mafalda, “paren el mundo, que me quiero bajar”.
 
Marco, ex-directivo y ermitaño

“Houston, tenemos un problema”. Miles de jóvenes en los países ricos se están echando al monte, dando una patada al modelo económico y social dominante, y recuperando valores y formas de vida mucho más humanas.

Frente a la economía de la infelicidad y la injusticia está en auge un movimiento mundial que apuesta por vivir más despacio, consumir menos, escucharse más, cuidar la Naturaleza, tener tiempo para lo que realmente importa y ser más conscientes de nuestro paso por este mundo.

Y ni es utopía, ni son cuatro vagos que quieren vivir del cuento como se intenta desprestigiar, es simplemente otra opción de vida.

Una lectora nos envía desde la prensa italiana el caso de Marco, un brillante licenciado en económicas y ex manager de un distribuidor de Yamaha que hace unos años pasó de “estar de viaje de negocios en en el Holiday Inn en Manhattan a dormir en los establos en la Toscana”.

Marco pertenece a una acomodada familia italiana que creyó que esto era una locura pasajera y que él volvería al redil cuando se le acabase el dinero, pero no ha sido así.

Como expresa en sus declaraciones, el mundo laboral le axfisiaba y era incoherente con sus principios de vida y sus aspiraciones. Ahora vive en un pueblo abandonado en la provincia de Teramo (Italia), cultiva un huerto, vive al ritmo de la Naturaleza, convive con las comunidades vecinas y toca por las fiestas y festivales de los pueblos.

El caso de Marco es solo un ejemplo y muchos pensarán que lo tiene fácil porque es un joven sin hijos. Es cierto que a menos cargas-responsabilidades en la Vida, más capacidad de maniobra tenemos, pero nada impide que quien quiera realmente cambiar-mejorar su realidad, lo haga, y tanto en la ciudad como en el campo.

En Francia ya hay un 2% de neorrurales y rebeldes y en España hay muchas iniciativas de recuperación de pueblos abandonados, ecoaldeas, familias enteras que se van al campo a vivir (ejemplo 1, 2, 3, 4, 5, nosotros mismos y más), cooperativas de consumidores en las ciudades, agrupaciones de trueque, bancos de tiempo, seguidores del decrecimiento y ciudades transición, usuarios de banca ética y en definitiva, DESERTORES DEL VIEJO PARADIGMA y del capitalismo depredador.

Info sobre Marco: Corriere della Sera

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.