Nuevas observaciones de «calentamiento» y desplazamiento. Esto podrá dar pistas sobre la composición de la misteriosa Materia oscura.
Grupo de astrofísicos ha observado este efecto de «calentamiento» en varias galaxias tenues y pequeñas que orbitan nuestra Vía Láctea. El efecto es ocasionado por una activa formación estelar que experimentan estas galaxias. La naturaleza de la Materia oscura sigue siendo un enigma del universo, pero este efecto de calentamiento podría dar pistas sobre su composición.
El estudio fue realizado por un grupo de científicos conformado por la Universidad de Surrey (Inglaterra), Universidad Carnegie Mellon (EE.UU.) y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza).
Fueron 16 galaxias las que fueron estudiadas. Son denominadas galaxias enanas debido a su relativamente poca cantidad de estrellas (algunos millones), a diferencia de las «normales» que pueden tener miles de millones de estrellas. La mayoría de estas galaxias orbitan galaxias más grandes y luminosas, y estas 16 son parte de las 59 galaxias satélites conocidas de la Vía Láctea.
La Materia oscura adquiere energía cuando hay poca gravedad
La misteriosa y elusiva Materia oscura no interactúa con la luz, como la materia normal, así que no se puede observar. Lo que sí se puede detectar son sus efectos gravitacionales en la materia que la rodea en el espacio exterior.
El objetivo principal del estudio era buscar evidencia de Materia oscura en los centros de estas 16 galaxias y a ver si se observaba el llamado Calentamiento de materia oscura.
Los científicos llegaron a la conclusión que la acción de la formación de estrellas ocasiona un calentamiento de la Materia oscura, ya que se produce un gran «arrastre» gravitacional y movimiento de gases y polvo interestelar. El centro de la galaxia entonces queda bastante vacío, sin mucha masa ni atracción gravitacional. Con poca gravedad, la Materia oscura puede «calentarse», adquirir energía y desplazarse hacia afuera del centro galáctico.
Imagen de la izquierda muestra la densidad del hidrógeno en una galaxia enana simulada. Imagen de la derecha muestra lo mismo para una galaxia enana real llamada IC 1613. Flujo de entrada y salida del hidrógeno produce cambios en la fuerza gravitacional en el centro galáctico. Crédito: Justin Read / Universidad de Surrey.
Otro punto importante del descubrimiento de este efecto es que hace pensar en la posible existencia de una partícula de materia oscura. El Profesor Matthew Walker, investigador adjunto del estudio, dijo en un comunicado de la Universidad de Surrey:
Los astrofísicos esperan analizar otras galaxias enanas más, incluso más tenues, con el fin de investigar la densidad de la misteriosa materia.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Imagen de la izquierda muestra la densidad del hidrógeno en una galaxia enana simulada. Imagen de la derecha muestra lo mismo para una galaxia enana real llamada IC 1613. Flujo de entrada y salida del hidrógeno produce cambios en la fuerza gravitacional en el centro galáctico. Crédito: Justin Read / Universidad de Surrey.
Otro punto importante del descubrimiento de este efecto es que hace pensar en la posible existencia de una partícula de materia oscura. El Profesor Matthew Walker, investigador adjunto del estudio, dijo en un comunicado de la Universidad de Surrey:
Este estudio podría ser la evidencia de la «pistola humeante» que nos lleve a un paso más cerca de entender qué es la materia oscura. Nuestro hallazgo de que puede ser calentada y desplazada ayuda a motivar la búsqueda de una partícula de materia oscura.El hallazgo apoya la teoría de que las galaxias más antiguas muestran menor calentamiento de Materia oscura, ya que dejaron de formar estrellas y no hay movimiento o flujo de materia bariónica (materia normal). Por lo tanto, habría mayor densidad de Materia oscura en el centro galáctico.
Los astrofísicos esperan analizar otras galaxias enanas más, incluso más tenues, con el fin de investigar la densidad de la misteriosa materia.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
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