En 1973, trabajadores de una cantera de arena a orillas del río Mures, cerca de la ciudad de Aiud, en el centro de Rumania, excavando a una profundidad de 10 metros, descubrieron accidentalmente un depósito de huesos fosilizados junto con un objeto metálico. Así que un especialista fue llamado en el sitio.
Habiendo determinado que dos de los elementos eran huesos de mastodonte fosilizados, el especialista catalogó el enigmático objeto como una cabeza de hacha de piedra que probablemente fue usada por hombres antiguos para cazar los mastodontes. Los hallazgos fueron enviados al Museo de Historia de Transilvania en Cluj, donde el objeto único capturó los ojos de los arqueólogos oficiales.
Después de raspar cuidadosamente la capa de arena endurecida que encapsulaba el artefacto, se sorprendieron al encontrar un objeto evidentemente artificial hecho de un metal ligero. Pronto se hizo evidente que el artefacto era una anomalía.
Los fósiles de mastodonte tenían por lo menos 10.000 años de antigüedad, pero la cuña metálica mostraba signos de que fue producido utilizando equipos modernos.
El objeto es de 20 centímetros de largo, 12,5 centímetros de ancho y 7 centímetros de espesor. Su forma y concavidades era un claro indicador de que alguna vez fue parte de un sistema mecánico más complejo y muchos investigadores han señalado que se parece al pie del tren de aterrizaje de una aeronave.
Los mastodontes caminaron por la tierra durante más de 34 millones de años hasta desaparecer hace unos 11.000 años. ¿Cómo puede una nave voladora estar presente en nuestro planeta hace tanto tiempo e incluso acabar perdiendo una de sus partes?
Con la esperanza de resolver este misterio, investigadores rumanos enviaron muestras del objeto al Centro de Investigación y Desarrollo de Metales Radioactivos en Baia Mare. El análisis mostró que la cuña estaba hecha de una aleación que consistía en 90% de aluminio y otros 12 elementos. Otra muestra fue enviada a un instituto de investigación en Lausana, Suiza, pero los resultados volvieron a ser los mismos.
Pero el aluminio era un elemento bastante nuevo. Descubierto por primera vez en 1825, entró en la producción industrial a finales del siglo XIX. Este metal ligero no se puede encontrar en la naturaleza en su forma pura y está presente solamente como sales y óxidos.
Entonces, ¿Qué estaba haciendo un objeto de aluminio en una pila de huesos fosilizados que podrían tener millones de años?
El hecho de que esta pregunta permaneciese sin respuesta, significó que este inconveniente artículo pasara sus próximos veinte años oculto a la vista del público.
Sabiendo que parecía imposible y que esto podría ser un descubrimiento histórico, los gobernantes comunistas hicieron lo que hacen todos los buenos gobernantes comunistas. encubrieron la historia. La revolución rumana derrocó al régimen comunista en diciembre de 1989 y los secretos del gobierno y los encubrimientos comunistas se revelaron lentamente.
En 1995, los editores de una revista rumana sobre OVNIs, llamada RUFOR, escucharon noticias sobre la existencia de este artefacto fuera de lugar y solicitaron un nuevo conjunto de pruebas. El análisis químico encontró los mismos compuestos que los realizados en los años setenta. No había duda sobre el origen artificial del objeto.
Esta vez, los investigadores se centraron en una pista que había sido ignorada por el equipo anterior: la capa de óxido de aluminio que cubría el artefacto. El aluminio no se corroe fácilmente, pero la capa de óxido en este objeto era tan gruesa como de 3 milímetros. Los expertos en el centro de investigación creían que esto era una señal de que el objeto era muy anterior al descubrimiento del aluminio, y quizás con una antigüedad aproximada de 250.000 años.
Un debate se inicio sobre si el objeto es realmente parte de un OVNI y la prueba de la visita de una civilización extraterrestre en el pasado.
El investigador rumano, Florian Gheorghita, escribió en la publicación Cielos Antiguos donde preguntó a un ingeniero aeronáutico sobre los estudios del artefacto. El ingeniero señaló la configuración y el agujero perforado en la cuña y afirmó que un patrón de abrasiones y arañazos en el metal lo llevó a creer que era parte de un tren de aterrizaje de alguna aeronave.
Se realizo un esbozo para ilustrar la configuración.
Gheorghe Cohal, director adjunto de la Asociación Rumana de Ufólogos, dijo: "Las pruebas de laboratorio concluyeron que es un fragmento de un antiguo OVNI dado que las sustancias que comprende no pueden combinarse con la tecnología disponible en la Tierra".
Sin embargo, el historiador local Mihai Wittenberger afirma que el objeto es en realidad una pieza de metal de un avión alemán de la Segunda Guerra Mundial.
Él cree que es una pieza del tren de aterrizaje de un Messerschnmitt ME 262.
Los cazadores de ovnis dicen que esta explicación no explica la edad del artefacto.
¿Podría este artefacto ser un tren de aterrizaje de una aeronave que aterrizó en nuestro planeta hace miles de años atrás, y que por algún motivo desconocido se desprendió del ovni, y quedo en la tierra como testigo de su visita como sugieren los investigadores? Quizás.
El objeto de metal está en exhibición en el Museo de Historia de Cluj Napoca, con un cartel que dice, "origen aún desconocido".
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