La proximidad en el tiempo del terremoto que azotó a la isla japonesa de Kyushu el viernes 15 de abril y el que causó al menos 350 muertos en Ecuador un día después tiene preocupados a muchos.
Efectivamente, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), los datos recopilados desde 1900 a la fecha muestran que hay, en promedio, 16 grandes terremotos al año. Eso significa necesariamente más de uno al mes, aunque el número de terremotos con magnitud 7,0 o más puede variar significativamente respecto al promedio. En 2013, por ejemplo, se produjeron 19 movimientos telúricos con una magnitud de 7,0 o superior.
“Y en 2013 pasó dos veces que tuviéramos dos terremotos de gran magnitud con sólo un día de diferencia en dos lugares muy distantes”, le cuenta Musson a BBC Mundo.
“Parece raro, pero si uno va a una fiesta y hay otras 22 personas en el lugar, la probabilidad de encontrase a dos que compartan fecha de cumpleaños es 50%”, dice el sismólogo.
“Y la posibilidad de que dos terremotos grandes se produzcan en el mismo día es30%“, agrega.
¿Demasiada información?
Sin embargo, como sugiere el USGS en su página web, la forma en la que actualmente circula la información puede hacer que mucha gente salte a conclusiones equivocadas.
“El Centro Nacional de Información sobre Terremotos localiza aproximadamente20.000 terremotos al año, aproximadamente 55 diarios. Y como resultado de las mejoras en comunicación y el mayor interés en desastres naturales, el público ahora se entera de los terremotos más rápido que nunca antes”, se lee ahí.
“(Pero) un aumento o reducción temporal en la sismicidad es parte de la fluctuación natural de la frecuencia. Y ni un aumento ni una reducción a nivel global es una indicación tajante de que un gran terremoto es inminente“, advierte la institución.
Musson, por su parte, destaca que el terremoto de Tonga, por ejemplo, que hizo que muchos pensaran que algo fuera de lo común podía estar pasando en el Cinturón de Fuego del Pacífico, fue, en realidad, bastante ordinario.
“No alcanzó siquiera los 6,0 de magnitud, es el tipo de movimiento que se registra una vez cada tres días”, le dijo a BBC Mundo.
“Las noticias sólo lo mencionaron por lo que estaba pasando (en Japón y Ecuador)”, opinó el experto.
Esperando el siguiente
Todo eso, sin embargo, no significa que un terremoto no pueda ayudar a anticipar, en cierta forma, otros movimientos telúricos. En primer lugar, están las llamadas réplicas, bastante comunes después de un evento sísmico de gran magnitud e indicativas de la liberación de energía de la falla activada. En el caso de Ecuador, por ejemplo, más de 135 ya habían sido reportadas por el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional el domingo a media mañana. Y, según Musson, en algunos casos la energía liberada por los terremotos también puede ayudar a adelantar la ocurrencia de sismos en otras fallas cercanas.
“Pero sólo se puede ‘desencadenar’ algo que ya iba a ocurrir”, aclara el sismólogo.
“Es decir que, si hay una falla muy cargada a punto de activarse, puede que un terremoto cercano termine dándole el impulso final. Pero el segundo terremoto igual iba a producirse eventualmente”, agrega.
Por lo demás, de lo que sí pueden estar seguros los ecuatorianos es que el terremoto del sábado predice, sin ninguna duda, que otros grandes terremotos volverán a sacudir la zona dentro de años. Como explica Musson, los últimos grandes terremotos que se han producido en la zona costera de Ecuador simplemente han ido transfiriendo el estrés a diferentes zonas de esa falla. Y todo indica que el estrés ahora hará el camino de regreso.
“En 1906 hubo un gran terremoto en Ecuador, que rompió unos 1.000 kilómetros de la falla que afecta la zona costera. Unos 40 años después se produjo otro, en la misma falla, pero sólo rompió el tercio sur. En 1958 hubo otro muy parecido, que afectó el tercio central. Y en 1979 hubo uno más que golpeó el tercio norte”, explica Musson.
“Y el terremoto del sábado que es como una repetición del de 79, en la zona norte de la falla, por lo que puede que la secuencia ahora empiece a repetirse en dirección sur”, destaca el experto.
“Aunque eso es algo que va a necesitar décadas. No va a pasar de la noche a la mañana“, aclara.
Y que eventualmente habrá otro gran terremoto es algo que saben todos aquellos que viven en zonas sísmicas que han sufrido sismos importantes. La pregunta, que todavía no tiene respuesta, sigue siendo: cuándo.
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