El programa espacial ruso va a dar un paso histórico: establecer una base permanente en la superficie lunar. Y la fecha para que los primeros habitantes se establezcan en ella es el año 2030, que no resulta estar tan lejano.
Además, el Angara pretende ser la respuesta de la agencia espacial rusa para la comercialización del espacio por la posibilidad de reutilización que presenta.
Ya el pasado mes de octubre la BBC informaba de la intención de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la propia Rusia por iniciar un programa que condujera al hombre de nuevo a la Luna, pero esta vez con vocación de estabilidad.
La misión lunar rusa se compondría de un primer lanzamiento que situaría en órbita terrestre el módulo de aterrizaje y despegue lunar, un segundo lanzamiento contendría el combustible, el tercero la nave tripulada y el cuarto otra fase de la nave. Tras el ensamblaje la tripulación llegaría hasta la Luna, donde descenderían y llevarían a cabo su misión antes de regresar a la Tierra.
Previamente otros dos cohetes Angara habrían ubicado en la superficie lunar las primeras unidades para la base rusa en la Luna.
Posteriormente llegarían otras misiones, algunas de las cuales no necesitarían ser tripuladas al emplearse para colocar allí los módulos necesarios para construir la base por parte de las tripulaciones que fueran llegando allí, siguiendo el modelo que se siguió para la Estación Espacial Internacional.
Rusia tiene previsto que su base disponga de estación generadora de energía solar, módulo de telecomunicaciones, estación científica, tecnológica, rover de exploración, área de aterrizaje y lanzamiento y un satélite orbital de observación y telecomunicaciones.
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