Cuatro enormes volcanes submarinos, que podrían tener unos 50 millones de años, han sido accidentalmente descubiertos frente a las costas de Sídney, Australia, por un equipo de científicos que buscaba larvas de langosta.
Los cuatro volcanes tienen grandes cráteres en forma de tazón. El más grande tiene 1,5 kilómetros de diámetro en su base y 700 metros de altura. Los mismos se encuentran a casi cinco kilómetros bajo el agua.
“[El descubrimiento] realmente respalda la afirmación de que sabemos más sobre la superficie de la Luna que sobre el fondo de nuestros mares“, dijo Iain Suthers, biólogo marino de la Universidad de Nueva Gales del Sur, citado por el periódico ‘The Guardian’.
“Fuimos allí para observar los remolinos de la corriente del este de Australia y encontrar estos volcanes fue totalmente fortuito. Imaginemos lo que puede haber a la vuelta de la esquina si continuamos explorando esta área”, añadió el profesor.
Los investigadores creen que los volcanes se formaron por una serie de cambios en las placas geológicas que causaron la separación de Australia y Nueva Zelanda.
“[El mapeo del buque Investigator] nos cuenta parte de la historia de cómo Nueva Zelanda y Australia se separaron hace alrededor de 40 y 80 millones de años, y ahora ayudará a los científicos a enfocarse en una futura exploración del fondo marino para descubrir los secretos de la corteza de la Tierra”, indicó el profesor Richard Arculus, experto en volcanes de la Universidad Nacional de Australia.
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