Cuatro sondas de la NASA y un observatorio terrestre siguieron la evolución del «bombazo» el 29 de marzo
Una llamarada de clase X, el nivel más alto en la escala de intensidad (las hay A, B, C, M y X, letras a las que sigue un número del 1 al 9), surgió del lado derecho del Sol el pasado 29 de marzo. No fue una más de las grandes. Este «bombazo» pasará a la historia como el mejor observado de todos los tiempos. Cuatro naves espaciales de la NASA y un observatorio terrestre fueron testigos de su expulsión, en buena parte por casualidad.No existen precedentes del registro de un brote solar tan intenso captado por tantos observatorios, lo que puede ayudar a los científicos a entender mejor cómo se ponen en marcha estas grandes explosiones solares. Según explican desde la NASA, esta comprensión incluso podría algún día permitir a los científicos ser capaces de predecir su aparición y anunciar con antelación los apagones de radio que puedan causar, capaces de interferir con las comunicaciones militares, de barcos o aviones.
«Este es el conjunto de datos más completo jamás recopilado por el Observatorio de Sistemas de Heliofísica de la NASA», asegura Jonathan Cirtain, científico del proyecto Hinode en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama (EE.UU.). «Algunos de estas naves observan el Sol todo el tiempo, pero tres de los observatorios se habían coordinado con antelación para centrarse en una región activa específica del Sol. Necesitamos por lo menos un día para programar el objetivo, así que fuimos muy afortunados en captar esta llamarada de clase X», explica.
Los telescopios implicados fueron: el Espectrógrafo de Imágenes de la Región Interfaz (IRIS), el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA(SDO), el Generador de Imágenes Espectroscópicas de Alta Energía Solar (RHESSI), la misión Hinode en colaboración con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, y el Telescopio Solar Dunn del Observatorio Solar Nacional ubicado en Sacramento Peak, Nuevo México. Otras naves espaciales de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) proporcionaron datos adicionales sobre lo que estaba sucediendo en elSol durante el evento y cuáles fueron los efectos en la Tierra.
Más datos que nunca
Este llamarada fue la primera de clase X jamás observada por IRIS, lanzada en junio de 2013 para estudiar la región situada entre la superficie y la atmósfera (corona) del Sol, un área hasta ahora poco conocida. El 29 de marzo, la nave proporcionó a los científicos la primera visión detallada de lo que ocurre en esta región durante un brote solar.
En el espacio de unos pocos minutos, IRIS y el resto de naves recogieron el conjunto de datos más completo de una llamarada de todos los tiempos. Ahora, los investigadores trabajan para conocer todos los detalles de este violento proceso.
Las observaciones coordinadas son cruciales para la comprensión de este tipo de erupciones en el Sol y sus efectos sobre el clima espacial cercano a la Tierra. La NASA recuerda que si la observación meteorológica terrestre dispone de miles de sensores e innumerables termómetros, las observaciones solares todavía dependen de un escaso puñado de telescopios.
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