Algunos de los capítulos del libro de 300
páginas, que se titula 'Arqueología, antropología y comunicaciones
interestelares' y que ha sido editado por Douglas A. Vakoch, abordan la
cuestión de la comunicación extraterrestre en
el pasado, presente y futuro.
En una sección, por ejemplo, William Edmondson, de la Universidad de
Birmingham, considera la posibilidad de que el arte rupestre en la Tierra sea
de origen extraterrestre. "Sabemos muy poco o nada sobre el
significado de esas inscripciones, por qué fueron creadas, o quién lo
hizo", escribe, y agrega: "a todos los efectos, podrían haber sido
hechas por extraterrestres".
"Si se detectase una señal de radio en un experimento del SETI (Instituto
de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, por sus siglas en inglés) moderno,
podríamos saber a ciencia cierta que otra inteligencia existe, pero no nos
enteraríamos de qué es lo que están diciendo", escribe en la introducción
del libro, y explica que "si detectásemos una civilización en uno de
nuestros vecinos estelares más cercanos, significará que sus señales habrán
recorrido miles de millones de kilómetros y llegan a la Tierra después de
viajar durante años".
En el libro Vakoch y sus colegas abordan estos mismos problemas y proporcionan
soluciones que pueden resultar muy valiosas en el futuro. "Para ir más
allá de la mera detección de tal inteligencia y para tener alguna posibilidad
realista de comprenderla, podemos obtener mucho de las lecciones aprendidas por
los investigadores que se enfrentan a retos similares en la Tierra",
continúa.
"Al igual que los arqueólogos que reconstruyen civilizaciones distantes en
el tiempo a base de pruebas fragmentarias, se espera que los investigadores de
SETI puedan reconstruir civilizaciones distantes separadas de nosotros por
vastas extensiones de espacio y tiempo", agrega.
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