Hidrólogos del Servicio Nacional de Geología (USGS) de Estados Unidos están estudiando el potencial efecto de los ríos atmosféricos encontrados a una altura inferior a los 2 kilómetros sobre la superficie terrestre con extensiones de hasta 400 kilómetros de largo, responsables de inundaciones tan devastadoras como aquellas de los peores huracanes del sureste del país.
El hidrólogo Mike Dettinger estudiando los ríos atmosféricos en la costa oeste de América del Norte, descubrió que llevan en su interior hasta 10 y 20 ríos Mississippi de agua en forma de vapor. Este efecto se repite en otras zonas del planeta.
En el caso de Estados Unidos, Dettinger explica que cuando estos verdaderos ríos chocan con las montañas de la Sierra de California, son obligados a virar hacia regiones más altas, y con el enfriamiento, el vapor se condensa cayendo en pocas horas en manera de lluvia y nieve, con gran destrucción en el ambiente.
En esta región de Estados Unidos, una tormenta de clase 1, causa 200 a 300 milímetros de agua de lluvia en unos tres días, mientras que en la tormenta de clase 4, los niveles de precipitaciones suben a unos 500 milímetros.
Los investigadores de USGS, recuerdan que en 1861 y en 1862, un fenómeno similar de clase mayor destruyó la cuarta parte de los bienes del estado, afectando 480 kilómetros a lo largo del valle.
Antiguamente, este fenómeno ocurría cada 500 a 1000 años, hoy, en los últimos 30 años, en California, se han repetido tormentas entre niveles 3 y 4. Un fenómeno mayor puede causar ahora daños de miles de millones de dólares, advierte la comunidad científica.
Dado que las consecuencias son tan devastadoras, Dettinger espera que se creen mecanismos que den tiempo suficiente pero advertir a la población afectada.
Un estudio de las últimas tormentas, identificó en Texas en los últimos 30 años, a 17 tormentas de categoría 3, de cerca de 300 milímetros de agua caída en tres días, “todas de ellas asociadas a ríos atmosféricos”, advirtió. De ellas, algunas en California se observaron de categoría superior.
Este fenómeno se está repitiendo y su potencialidad solo es comparable a las tormentas tropicales y huracanes del sureste de Estados Unidos.
Los actuales estudios que identifican a estas tormentas permiten a los meteorólogos japoneses prever las más graves tormentas con una semana de anticipación.
“No mucho tiempo atrás, era raro escuchar hablar de una tormenta una semana antes de su llegada. Ahora, no es raro que los meteorólogos vean las tormentas que se forman en Japón una semana antes de tiempo. En gran parte se debe a que ahora saben un poco mejor lo que deben buscar: los río atmosféricos”, concluye Dettinger
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