Israel amenazó
este domingo con llevar adelante una intervención militar en Siria, luego que
tres tanques sirios penetraran la zona desmilitarizada del altiplano de Altos de
Golán, con el objetivo de repeler a grupos armados opositores que tomaron
dirección israelí para buscar refugio.
El jefe del Estado Mayor del ejército de defensa de
Israel, el general Benny Gantz, visitó la región de los Altos del Golán y
manifestó que las operaciones de las fuerzas sirias contra los grupos armados
opositores podrían desembocar en una injerencia bélica israelí.
“El conflicto sirio puede pasar hacia el territorio de Israel, pero en este
caso el ejército israelí opondrá todo su poderío militar”, destacó Gantz, para
luego añadir que “cualquier intento de enredar a Israel en el conflicto interno
de Siria está destinado a fracasar”.
Asimismo, refirió que se están desarrollando presuntos enfrentamientos entre
fuerzas del Gobierno sirio y grupos armados en esta región.
“La División 36 está lista para cualquier momento en el que el fuego cambie
de dirección y venga hacia nosotros”, apuntó Gantz.
Respecto a la incursión de los tres tanques del Ejército sirio en los Altos
de Golán, resaltó que “el ejército israelí tiene instrucciones de mantenerse en
estado de alerta en dicha zona”.
Fuentes libanesas informaron que helicópteros militares israelíes han
sobrevolado este domingo la ocupada región de los Altos de Golán y las granjas
ocupadas de Shebaa, en el sur de El Líbano.
En 1967, Israel ocupó los Altos del Golán, durante la llamada “Guerra de los
Seis Días”, para de esta manera tener acceso al mar de Galilea, fuente principal
de agua dulce para los israelíes.
En 1981 los incorporó a su territorio, aplicándoles su sistema legal,
administrativo y jurisdiccional y ofreciendo a sus habitantes la ciudadanía
israelí.
En diciembre de 1981, la resolución 497 del Consejo de Seguridad de la ONU
declaró que la decisión israelí era “nula y sin valor”. Hoy en día existe una
franja de territorio administrado por la ONU que separa los contendientes que
aún disputan su posesión, en medio de una precaria paz.
Aquella zona de 1.860 kilómetros cuadrados en la que antes de 1967 habitaban
más de 150.000 sirios, fue devastada quedando en la actualidad poco más de
30.000 habitantes.
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