Uno de cada tres de estos animales posee alto niveles de radiación. Según expertos que han observado los niveles de contaminación, el retorno a la normalidad solo será una realidad dentro unos 50 años.
A veintiocho años del desastre nuclear de Chernóbil, sus efectos siguen siendo una realidad en lugares tan lejanos como Alemania ya que los jabalíes aún guardan en su carne el recuerdo de la explosión.Los jabalíes aún se puedan encontrar vagando por los bosques germanos, donde son cazados con el objetivo de vender su carne como una exquisitez. Sin embargo, pruebas recientemente realizadas por el gobierno estatal de Sajonia ha mostrado que uno de cada tres de estos animales posee alto niveles de radiación lo que los hace poco aptos para el consumo humano.
Más allá del interés económico de los cazadores, estos animales son vistos como una amenaza por la sociedad alemana. De hecho, se suele circular con los autores cerrados por las zonas donde se sabe que vagan; además no es raro que los jabalíes entren en las ciudades, tal como ocurrió en 2010 cuando uno de ellos atacó en Berlín a un hombre en silla de ruedas.
Pero los jabalíes radiactivos mueven miedos más oscuros. Aún persiste el recuerdo de la catástrofe ocurrida en abril de 1986, cuando un reactor nuclear ubicado en Ucrania (entonces Unión Soviética) explotó libreando gran cantidad de partículas radiactivas a la atmósfera.
Aunque Sajonia se ubica a más de 1.100 kilómetros de Chernóbil, el viento y la lluvia llevaron la radiactividad a través de Europa occidental, y la contaminación del suelo incluso se puede ubicar en zonas de Francia.
Los jabalíes se ven particularmente afectados por la radiación, debido a que buscan sus alimentos en el suelo, se alimentan de setas y trufas afectadas por la radiación. Muchas setas de zonas afectadas no son aptas para el consumo humano.
Desde 2012 se ha establecido para los cazadores de Sajonia, la obligación de matar a los jabalíes salvajes a fin de testear sus niveles de radiación. Los cadáveres que exceden el límite seguro de 600 becquereles por kilo deben ser destruidos.
Solo en un año, 297 de 752 jabalíes testeados han superado este límite. Incluso hubo casos de animales que superaron docenas de veces el límite impuesto.
La radiactividad también causa problemas económicos. Y es que muchos cazadores venden jabalíes casi como un juego, asimismo el gobierno ha gastado miles de euros en compensaciones a cazadores cuyas presas debieron ser destruidas por contaminación.
Según expertos que han observado los niveles de contaminación, el retorno a la normalidad solo será una realidad dentro unos 50 años
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