"Cuando usted y yo hayamos muerto nuestros hijos no visitarán nuestras tumbas, sino que pondrán en marcha gemelos digitales y hablarán con ellos", cree el futurista John Smart. Pero antes, el ciber-yo nos habrá ayudado mucho en el día a día.
Mediante diversas estrategias de recopilación y organización de datos, los gemelos digitales reflejarán los intereses y valores de las personas reales, dice el futurista. Y un día, Smart teoriza, estos gemelos digitales mantendrán conversaciones y dispondrán de caras que imitan las emociones humanas. “Van a ser cada vez más como nosotros, extensiones de nosotros”, dice Smart.
Por ejemplo, con una sola frase el individuo podría decirle a su agente personal que se siente enfermo. Podría mencionar su calendario o los mensajes de correo electrónico para determinar cuándo acordar una cita con el médico. Y cuando llegara al hospital, es posible que ni siquiera tuviera que rellenar ningún formulario, pues su agente personal ya se habría encargado de ello y luego lo informaría del resultado de las pruebas realizadas durante la visita.
Además, el ciber-yo podría ayudar a los familiares de su homólogo humano después de que este fallezca, asegura Smart. El último concepto puede sonar descabellado, pero el futurista apela a las muchas personas que a menudo recurren al muro de Facebook de un miembro de la familia o de un amigo fallecido para llorar su muerte, indica la revista.
Las personas ya estamos estableciendo relaciones con otras presencias en línea. A medida que la informática avanza, estas relaciones solo van a mejorar e intensificarse, incluso con identidades que no son personas reales, asegura Smart.
Para que nuestros gemelos digitales alcancen su máximo potencial, a día hoy faltan todavía dos factores importantes: buenas interfaces conversacionales y mapas semánticos, explica Smart. Una vez hayamos creado “buenos mapas de la emoción humana”, agrega Smart, los gemelos digitales tendrán incluso rostros para ayudarles a comunicarse: sonreirán o fruncirán el ceño para indicar si nos han entendido o no.
Y como predice Smart, de la llegada de todas estas tecnologías necesarias para que los agentes personales completamente funcionales sean posibles no separan solo unos cinco años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.