Sobrevivir a una catástrofe nuclear es posible y al alcance de todo el mundo si sabemos cómo construir un búnker de supervivencia en el jardín de nuestras casas.
Dados los tiempos que corren con los peligros y amenazas naturales, la inestabilidad de algunos países poseedores de bombas atómicas o la simple presencia de las peligrosísimas centrales nucleares con más fallos cada día, hacen que cada vez más personas se pregunten cómo construir un búnker de supervivencia en el jardín.
¿Por qué un búnker?
La finalidad principal de construir un búnker de supervivencia en el jardín es proveernos de un refugio fiable, confortable y cercano frente a posibles amenazas o catástrofes básicamente naturales, nucleares o biológicas.
¿Cómo construir un búnker de supervivencia en el jardín?
Antes de proceder a su diseño hay que tener algunos conceptos claros. Es importante plantearse una serie de preguntas básicas como cuánta gente debe albergar, qué finalidad tiene, qué autonomía, de cuánto espacio disponemos, así como otras cuestiones referentes a la composición del jardín o los accesos.
Todo ello condicionará nuestra construcción y los costes de dicha obra. Hay que saber que cuanto más gruesas sean las paredes y más profundo sea el búnker, mayores probabilidades de éxito tendremos. Los gruesos necesarios para parar el 99% de la radiación son de 12,5 centímetros de acero, 40,5 centímetros de hormigón o de un metro de tierra.
Ante la imposibilidad económica de conseguir estas condiciones, deberemos jugar entre ellas para reducir costes teniendo presente que, a más profundidad de tierra, hará falta menos hormigón y menos acero.
Para construir un búnker de supervivencia en el jardín es importante también controlar aspectos como las reservas de comida, siempre en lata, con fecha de caducidad dilatada y en cantidad suficiente para el número de habitantes estipulados. Contemplar también una sala con depósitos de agua potable y sanitaria renovados (sin conexión alguna con la red pública o con el exterior).
El control de una circuitería interior eléctrica, preferentemente con placas solares y baterías, que debidamente también iremos manteniendo y elementos como tomas de aire exterior con filtros activos en perfecto estado y limpios.
Finalmente, verificaremos periódicamente los mecanismos y cierres de puertas y haremos un mantenimiento higiénico periódico tales como barrer, fregar o quitar el polvo. No olvide dejar dentro cosas útiles como libros, herramientas, una radio o televisión y, si procede, conexión a internet o teléfono.
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