Hace 2300 años, Alejandro Magno inspeccionaba el campo de batalla y bebía agua potable de cuencos de plata. No sabía nada acerca de las bacterias, pero sabía que los recipientes de plata tienen una forma aparentemente milagrosa de mantener el agua fresca y sana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.