Y
SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
10
DE MARZO DEL 2014
María
Santísima:
Amada hija
de Mi Corazón Inmaculado, diles a Mis amados hijos:
CON
ESPECIAL Y GRAN AMOR LES MANTENGO DENTRO DE MÍ Y A CADA UNO LE LLEVO PALPITANTE
DENTRO DE MI CORAZÓN; CADA LATIDO ES POR USTEDES.
Estoy convocando al
Pueblo de Mi Hijo a ser parte del despertar de la conciencia del ser humano. En
este instante, la conciencia es desconocida por el hombre, ya que ha anulado su
propia conciencia.
Amada hija Mía,
¿sabes cuánto sufro por los necios que no escuchan los Llamados de Mi Hijo y Mis
llamados?
Luz de
María:
Madre, aunque me
has mostrado Tu sufrimiento y mi corazón es parte de Tu dolor, sé muy bien que
no alcanzaré ese mismo sufrir… ¡Cuánto sufres, Madre! Tu sufrimiento va aún más
allá…
María
Santísima:
Sufro hasta lo
indecible cuando miro las almas caer en los abismos del mal, sé que la sutileza
de satanás y sus secuaces no es percibida por el hombre y debido a eso cae una y
otra vez en el mismo error. El hombre sabe que no debe cometer el error, pero no
obedece a su conciencia; la ha ido secando poco a poco para no sentir
remordimientos.
El hombre de este
instante se ha ido deshumanizando; en su lugar es un hombre tecnológico hasta en
sus sentimientos, no se permite a sí mismo sentir y cuando percibe que está
sintiendo más allá de lo que quisiera, se detiene como si apagara un artefacto
electrónico.
¡Cómo me duele
mirar a aquellos que caen continuamente en los mismos errores, fracasando una y
otra vez! Y es que en este instante, satanás se encarga de mantener a Mis
hijos con valores equivocados, muy equivocados, totalmente mundanizados y
desapegados de Mi Hijo, siendo así fácil presa del enemigo del alma.
Hija Mía, Mi
Corazón sufre por aquellos que teniendo Mi Palabra en sus manos, la han
desechado, y más allá de desecharla, se han burlado y la han negado. ¿Sabes
tú qué padecerá el hombre de este
instante?
Luz de
María:
Mucho, Madre,
mucho, pero mejor dímelo Tú…
María
Santísima:
El hombre de este
instante padecerá lo indecible a causa de sus propios errores, que han salido a
encontrarle en su camino para que el hombre sea purificado por todo aquello que
omitió.
Mi Hijo se entregó
por todos, sin excepciones; pero en este instante, al hombre le parece que la
Salvación pende de aquellos que tienen algún liderazgo en el mundo y no del
cumplimiento de la Voluntad Trinitaria, ni del cumplimiento de los
Mandamientos, ni del cumplimiento de las Bienaventuranzas, ni del cumplimiento
de los Sacramentos que Mi Hijo instituyó. Este tan sutil plan ha sido finamente
hilado por satanás para bien del anticristo que no está lejos de esta
generación.
Los hombres se
sumen cada día más en el deleite de negar más a Mi Hijo y a esta Madre, y no
buscan la reconciliación. Y es que la Vida Eterna no se compra con
dinero, no se compra con títulos, ni con distinciones humanas, ni con poderes
legados por los hombres. La Vida Eterna se merece obrando y actuando en la
Voluntad Trinitaria, siendo uno con Mi Hijo, siendo espejos de Mi Hijo, siendo
conscientes de que la Salvación es personal; pero a la vez, al ser personal,
obliga a cada uno de ustedes a luchar por la Salvación de sus hermanos y
sacarlos de la ignorancia en que viven.
Me duelo, sí, pero
aun en medio de Mi dolor, Mi Corazón no cesa de palpitar buscándoles
continuamente, porque Yo soy una Madre que no acepta negaciones y al que más me
niega, a ése, más le busco para acercarlo a Mi Hijo. Busco a aquellos que como
lobos vestidos de mansas ovejas, tienen como meta provocar la división de la
Iglesia de Mi hijo, la división entre hermanos, y con esto: el Gran Cisma que he
anunciado.
Amada Mía, ¿cómo
crees tú que debe ser y que debe actuar el hombre que ama a Mi Hijo en espíritu
y verdad?
Luz de
María:
Pienso, Madre, que
debe ser un hombre de Fe, firme, dispuesto y decidido.
María
Santísima:
Así es, amada Mía:
un hombre con una Fe inmovible, nacida de un encuentro personal con Mi Hijo;
no de lo que le comentan qué es la Fe, sino de lo que ha logrado experimentar en
sí mismo. Y es que ese encuentro, esa experiencia personal con Mi Hijo, se
ha perdido. Las actividades diarias no dan cabida ni siquiera a un instante del
día para lograr un encuentro personal con Mi
Hijo, y aquellos que lo logran, se lo guardan para sí. ¡Egoístas!, les debo
llamar.
En este instante y
ante la crudeza de lo venidero, cada uno que logre ese encuentro personal con Mi
Hijo, debe ser un soldado que marcha totalmente
decidido a compartir con sus hermanos a ese, a ese Cristo que le espera, que
ama; a ese Cristo que le ama y que no se cansa de amar.
Algunos de los Míos
tienen ese encuentro personal con Mi Hijo, pero son creaturas a las que les da
pena confesarlo delante de los demás para no ser mirados extrañamente; y
entonces, los frutos que el Espíritu Santo derramó sobre esa creatura, se
marchitan y terminan muriendo quizás en la soledad de una habitación o quizás
frente a Mi Hijo en el Santísimo Sacramento del Altar, al no dar al hambriento
el Pan Divino de la Palabra. Y es que deben comprender que no todos poseen la
misma misión pero sí, todos están obligados como hijos de Mi Divino Hijo, a
llevar el conocimiento que van adquiriendo y compartirlo con sus hermanos para
despertar a esta humanidad.
Amada, amada Mía,
¿cómo miras tú a esta humanidad?
Luz de
María:
Madre, la siento
tan abatida por todo aquello que le aleja de Nuestro Cristo, la siento anémica
espiritualmente porque ya ni sed de la Palabra Divina posee, sólo unas cuantas
creaturas, y esas creaturas, en ocasiones…, ¡guardan tanto respeto
humano!
María
Santísima:
Amada Mía, el
respeto humano se debe guardar, pero no cuando se trata de la Salvación, no
cuando se trata de compartir y llevar la verdadera Palabra de Mi Hijo; no
cuando se trata de ser firme espiritualmente…
Mira, hija, que el
Buen Ladrón, en el último instante, reconoció en Mi Hijo a Cristo, al Hijo de
Dios… y por ello ganó la Vida Eterna, y en este instante cada uno de Mis hijos
puede ser ese Buen Ladrón que reconozca a Mi Hijo y se decida a vivir en Su
Voluntad y con sus obras y sus actos, gane la Vida Eterna… y así la misma paga
recibirá.
Mis hijos deben ser
almas orantes, la oración sublima el alma y el espíritu, y está bien que ustedes
oren a Mi Hijo porque cada oración es incienso que llega a Su Trono, pero luego
de la oración, necesito urgentemente que salgan como guerreros espirituales a
ganar almas, a tocar puertas, a caminar, a ser acción, porque mientras el
enemigo se divierte y se goza al mirar como caen las almas en sus trampas, Mis
hijos duermen en el letargo… y ustedes deben despertar.
Pueblo de Mi Hijo,
deben tomar conciencia de todo lo que les invade en este instante, deben
despertar espiritualmente, y también deben despertar en otros aspectos, como lo
referente a la alimentación, tienen que ser conscientes de que les están matando
día a día, el Templo del Espíritu Santo está siendo invadido por todas las
enfermedades desconocidas, y esas enfermedades que sufren ahora son causa de la
alimentación contaminada que ustedes ingieren. La Tierra está enferma
totalmente… y ustedes se alimentan de frutos enfermos, consecuencia grave del
atropello del hombre hacia la Creación que el Padre les legó, ingieren alimentos
adulterados y no se preocupan de ello.
Viven en una
constante contaminación del pensamiento y de la mente en sus hogares y fuera de
ellos, porque Yo volteo la mirada hacia la Tierra y sólo miro cuerpos que
deambulan y son manipulados todos por la tecnología que llevan en sus manos y
caminan con un corazón endurecido por la violencia. Las familias ya no comparten
como en el pasado, las familias ahora viven en una casa, bajo un mismo techo
pero no conviven y no conversan, son extraños totalmente, y cuando no están
utilizando la tecnología en sus propias manos, les dan a ver la televisión a sus
niños para que se diviertan con juegos totalmente satanizados lejos del Amor de
Mi Hijo y así permiten que la niñez continúe surcando y sembrando la violencia
continuamente. Los padres de familia no son respetados por sus hijos, en su
lugar, los padres les temen a sus hijos porque los hijos han adquirido una
violencia tan extrema por medio de los video juegos que la personalidad del hijo
retrae al padre de familia.
Sufro ante una
humanidad carente de conciencia, que ejecuta instante a instante el pecado más
grave, porque es directamente contra el mayor Don que Mi Hijo les lega: el Don
de la Vida. Este pecado es el aborto.
Amada hija, ¿sabes
cómo siento y escucho los gemidos de un niño cuando va a ser
abortado?
Luz de
María:
Mamá, me lo imagino
y me aterroriza…
María
Santísima:
Eso es hija,
aterroriza, el aborto debe aterrorizar al hombre, pero en este instante no le
aterroriza porque el hombre ha desterrado la conciencia, y al no poseer
conciencia no sabe pensar, no sabe actuar, mas esto no excusa el hecho. En este
instante me apena tanto el hombre sin sentimientos, el hombre sin amor que se
niega a sí mismo el conocer el Don del Amor y el Don de la Vida, el mayor Don
con que fue dotado el hombre. Y pequeños cuerpecitos yacen en los basureros de
las calles o botados en medio de lotes baldíos, inocentes que de inmediato
envío a Mis Legiones a recogerlos y traerlos a Mi Presencia para entregárselos a
Mi Hijo. Mis Ángeles lloran por este acto indecible y despreciable del hombre,
es el acto de cobardía más grande de la humanidad.
Y aún no comprenden
que el anticristo está llevando a esta generación a cometer los pecados más
horrorosos que pueden cometer los hombres. ¿Acaso todo esto no debe ser
purificado antes de que todos se pierdan? Es que el hombre se siente tan
superior a Mi Hijo que no acepta una Purificación…, ¡pues no es así!, hijos
Míos, aquellos que no reconocen a Mi Hijo, aquellos que dan muerte a los
inocentes, aquellos que abusan de los inocentes, aquellos que calumnian a Mis
verdaderos instrumentos, aquellos que profieren palabras inadecuadas a Mis hijos
predilectos que se adhieren verdaderamente a la Palabra de Mi Hijo, aquellos que
profanan el Cuerpo de Mi Hijo, aquellos que se burlan de Su Palabra y se burlan
de la Mía, entre otros más aspectos, esos… con horror y espanto se lamentarán y
doblarán rodillas levantando sus manos hacia el Cielo clamando misericordia,
sentirán que han despreciado la Misericordia Divina y que éste es el instante de
la Justicia Divina, es el instante en que Mi Hijo viene con Su Brazo Fuerte.
Pero aun así, al amarles tanto, Mi Hijo no ha deseado ejecutar la Justicia Él
mismo y le ha delegado a toda la Creación, al Cosmos y al Universo que ejecuten
la Justicia Divina porque todo el Cosmos, el Universo y toda la Naturaleza viven
en concordancia a la Divina Voluntad. Así es que el hombre será acrisolado
fuertemente, y con ello, sufrirá no sólo en su cuerpo sino en su mente, y
sufrirá en su mismo espíritu, cuando se mire totalmente incapaz ante las fuerzas
de lo que ha sido creación del Padre.
Amados Míos, les
invito a permanecer expectantes, sin dormirse, con las lámparas encendidas y les
llamo a orar fuertemente por todos los dirigentes de las Naciones que han
decidido ser cada día el azote de los Pueblos y llenar sus arcas de dinero
teñido de sangre de inocentes. Les llamo a orar por esos dirigentes que están
decididos a ser parte del exterminio de la humanidad.
¡Les he llamado
tanto a levantarse y a no permitir la energía nuclear en sus países!... y junto
a la negación a Mis Súplicas, han mirado con desprecio Mis Llamados. En este
instante sufrirán las consecuencias, se lamentarán pero será tarde para detener
a las mentes tomadas por satanás.
Oren, hijos, oren porque
los volcanes dejarán salir de sí el ardor que contienen dentro. Oren por El
Salvador, oren por Ecuador, oren por Méjico.
Amados Míos, la
Tierra gime continuamente y ustedes no se detienen a pensar en Ella, por eso la
Tierra que les ha acunado, se estremecerá fuertemente para que ustedes le miren
nuevamente.
Oren por Nueva Zelanda,
será estremecida, oren por Japón, será nuevamente estremecido, oren por Estados
Unidos.
Amados Míos, ¡cómo
ha sido contaminada la Tierra y cómo es contaminado el hombre! Grandes
padecimientos sufrirá Mi amada tierra de Argentina, sufrimientos que la
Naturaleza ha vertido y continuará vertiendo continuamente sobre esta tierra,
así como acontecimientos generados por el mismo hombre, que se encuentra
exhausto ante el atropello de los poderosos.
Oren por
Argentina.
Está pronto…, el
instante llegará a su culmen y Mi Hijo enviará de lo alto Su Auxilio Divino para
toda la humanidad, descenderán las Legiones Celestiales y todo hombre que existe
sobre la Tierra sabrá de ellos, de Mis Enviados, porque no lo harán en silencio,
serán mirados por todos los hombres para que sean conscientes de que el instante
está pronto y junto a Mis Legiones, una creatura les traerá el Maná
Celestial.
Amada Mía, ¡tanto
debo comunicar al hombre y alertarle a la vez para que no sucumba ante las
falsedades de nuevas ideologías doctrinales que les llevan a caer en el pecado!
Sabes, hija, ¡cómo desearía que cada creatura humana Me escuchara!
Luz de
María:
Sí, Madre, te
comprendo porque eso mismo deseo.
María
Santísima:
Pero llegará, hija,
el tiempo del lamento, el instante del lamento y ahí sí que Me llamarán Madre y
continuaré siendo Madre y amándoles, pero los ejecutores de la Justicia Divina
ya se encontrarán en medio de la humanidad, y Yo, como Primer Discípula de Mi
Hijo, deberé esperar a que se ejerza esa Justicia Divina, sin dejar por ello de
amarles, pero es necesario.
A todos Mis hijos,
los que profundizan en estos Llamados Divinos de Mi Hijo: ¡mírenme desolada!...
Puedo llamar “agónicos” a estos Llamados de una Madre que lucha por rescatar al
Pueblo Fiel…
A ustedes, a los
que mucho se les da, mucho se les pide en este instante: evangelicen,
evangelicen, evangelicen con la Verdad.
Diles a tus
hermanos, amada hija, que les bendigo y que coloco Mi Manto Materno de
protección sobre todos aquellos que obedientes a la Voluntad Divina, sean
repetidores de la Voz de alerta hacia sus hermanos.
El instante ha
dejado de ser instante…
Les bendigo, les
amo, Mi Corazón palpita por cada uno de ustedes.
AVE
MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE
MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE
MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
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