En ocho años habrían perdido 144 kilómetros
cúbicos de caudal –el equivalente a todo el Mar Muerto- hasta situarse un 30%
por debajo de su media histórica. Sólo los cauces del norte de la India estarían
viviendo un deterioro mayor, fruto de la disminución de agua procedente de la
Cordillera del Himalaya (The Economist, "Less
fertile crescent", 09-03-2013). Mayor inestabilidad también para un área
tradicionalmente inestable.
La
información obtenida por satélite –Misión GRACE, Gravity Recovery and Climate
Experiment- revela que es la sobreexplotación para usos agrarios de unos
acuíferos en franca decadencia la que se encuentra detrás del problema. Una
delicada situación que se ha visto agudizada por la fuerte sequía que padeció la
región en 2007. De hecho, en el periodo 2007-2009, ante la falta de suministro
para el riego, el Gobierno iraquí abrió más de 1.000 pozos que dejaron sus
reservas bajo superficie a un 20% de su capacidad. Un ritmo de explotación
imposible de reponer de manera natural.
En
la medida en que la situación se mantenga, las posibilidades de que estalle un
nuevo conflicto por esta causa se incrementan. Más en tanto en cuanto tres
de las cuatro naciones afectadas –Turquía, Siria e Iraq- tienen en su mano el
poder cerrar la llave de paso a sus vecinos, sin convenio común activo que
regule dicha posibilidad o sus consecuencias y compensaciones, si las hubiera.
Hablar de derechos de uso es lenguaje extraterrestre en esa zona. De hecho, hace
ya más de una década, la decisión de los turcos de construir 20 presas en ambos
ríos estuvo a punto de desencadenar un conflicto regional.
Como
ya hemos comentado en varias ocasiones en Valor Añadido, el paso de los años
va a trasladar la lucha entre estados del control de los materiales fósiles a
asegurarse el suministro de agua, un bien mucho más escaso de lo que el
común de los mortales cree (V.A., "Más mierda y menos agua: el mundo que heredarán nuestros
hijos", 11-06-2012 y "El agua, inesperada arma de destrucción masiva", 22-09-2011).
Imprescindible no sólo para usos agrarios e industriales, sino para la vida
cotidiana de las personas, su importancia política es brutal. Pues bien, en el
particular sorteo de papeletas sobre quién puede iniciar las hostilidades, China
acumula muchas posibilidades dado su proceso de urbanización y cambio de dieta
para el que carece de los recursos hídricos necesarios. Pero Oriente Medio no se
le queda muy a la zaga.
Tendría
narices que el 'Jardín del Edén' acabara con una parte de la humanidad por falta
de riego, si bien es verdad que el árbol del Bien y del Mal se secó de raíz hace
ya muchos, demasiados años.
Fuente:http://blogs.elconfidencial.com/economia/valor-anadido/2013/03/13/ojo-con-este-noticion-que-ha-pasado-desapercibido-8164
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