Tres inusuales temblores consecutivos registrados el pasado fin de semana en las afueras de la ciudad estadounidense de Dallas (Texas), podrían deberse al factor humano, sostienen en el Instituto Geofísico de Austin, cuyo director adjunto Cliff Frohlich destaca que esto ocurre a partir de 2008, cuando las empresas petroleras de la zona introdujeron la práctica de desplazar el petróleo de sus yacimientos naturales cargando a los macizos geológicos con millones de litros de aguas residuales, lo cual hace que cada año se registre un temblor de por lo menos magnitud 3.0, excepto en 2010.
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