La insólita ruptura de una de las grandes placas tectónicas de la superficie del Índico causó el terremoto del pasado abril al suroeste
de Sumatra
El 11
de abril de este año se registraron dos grandes terremotos de magnitud 8.7 y
8.2 en el océano Índico, al suroeste de Sumatra. Tembló la tierra desde
Australia hasta India y el sureste asiático y murieron dos personas y otras
ocho fallecieron por ataques cardíacos.
Fueron muy pocas víctimas y daños en
comparación con la tremenda catástrofe del terremoto de 2004 en la región,
cuando el tsunami desencadenado se cobró miles de vidas. Pero no pasó
desapercibido para los científicos: fue un gran acontecimiento en la
historia de la Tierra, algo excepcional, porque esos sismos se debieron a un
proceso de fractura de una de las grandes placas tectónicas (la
Indoaustraliana) que forman la corteza terrestre.
En realidad, el
terremoto de 8.7 respondió a cuatro fracturas en el interior de la placa,
tres de ellas paralelas entre sí y una cuarta perpendicular a ellas,
formando en su conjunto una falla en escalón. El proceso duró dos minutos y
40 segundos y fue seguido dos horas después por otro terremoto de magnitud
8.2. La zona de rotura se situó a unos centenares de kilómetros de la costa
occidental de Sumatra y en pleno mar. Se rompió el fondo del océano. Los
terremotos dieron lugar a lo que los expertos denominan desgarros de
placa.
“El del pasado 11 de abril es probablemente el mayor terremoto de desgarre que se ha registrado con sismógrafos”, dicen los
investigadores de la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC), autores de
uno de los tres artículos sobre este acontecimiento geofísico publicados en el
último número de la revista Nature.
“Nunca hemos visto un
terremoto así, ya que forma parte del complejo proceso de fractura de una
placa” dice Keith Koper, científico de la Universidad de Utah (EE UU) y
coautor de unos de los artículos mencionados. “Ahora [abril de 2012] lo que
vemos es la separación de la placa Indoaustraliana en dos
placas”, añade
Thorne Lay (UCSC). Pero es una red de fracturas compleja no una rotura
limpia, concluyen los investigadores.
Es probablemente el mayor seísmo de desgarro registrado con sismógrafos
La litosfera terrestre,
es decir, los 100 primeros kilómetros que incluyen la corteza y la parte
superior del manto, está dividida en una docena de grandes placas rígidas de
distintos tamaños y formas que descansan sobre el manto terrestre
semifluido. Las placas chocan entre sí, se separan, se montan una sobre
otra, se deforman y originan cordilleras, se deslizan en sus bordes... y las
zonas del planeta donde acontecen estos procesos dinámicos en las fronteras
entre placas son especialmente susceptibles de sufrir terremotos y
vulcanismo. Cuando una de estas grandes piezas de la litosfera está
presionando sobre otra, se van acumulando tensiones que se liberan provocando
grandes seísmos.
“Desde el punto de vista tectónico, los dos terremotos
de abril manifiestan un proceso de rotura en el interior de la placa Indoaustraliana y la creación de un nuevo borde de placa en el que las partes correspondientes a India y Australia se separan entre sí”, explica Miguel Herraiz, catedrático de Física de la Tierra y director
del departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I, de la Universidad Complutense de Madrid.
“Algo así sucede constantemente en
el planeta con una escala temporal decentenares de miles de años, pero esta
vez se ha podido observar el inicio de la formación de un nuevo límite entre
placas en directo y con
instrumentación adecuada para estudiarlo”, comenta
este especialista.
Ese proceso tectónico, indican Matthias Desescluse
(CNRS francés) y sus colegas en su artículo de Nature, forma parte de la continua deformación entre placas que está registrándose en la zona. Así, el terremoto del pasado abril seguramente se disparó, al menos en parte, por los cambios generados en la tensión de las placas en la zona debido al catastrófico sismo de magnitud 9.1 del 26 de diciembre de 2004, que desencadenó el pavoroso tsunami que mató a casi 230.000 personas en la región del Índico.
Los movimientos activaron
una falla en California, según los investigadores. Los sismos del
pasado abril fueron de magnitudes inferiores al de hace ocho años, pero
también muy importantes. ¿Por qué no desencadenaron ninguna ola gigante? Sí
que causaron tsunamis estos terremotos, puntualizan los científicos, pero
pequeños (el mayor registrado fue de unos 30 centímetros de altura). Esto se
debe, explican los expertos, a que la fractura de la placa bajo el fondo
marino en abril de este año fue de desgarre y, por tanto, con desplazamiento
predominantemente horizontal, mientras que, en 2004, se produjo un
pronunciado escalonamiento de placas y, al hundirse el fondo marino, se
originaron las olas gigantescas de largo alcance.
Sin embargo, esos
terremotos tuvieron otro tipo de efecto lejano, e insólito para los
expertos: parece ser que activó sísmicamente otra falla, un borde de
contacto entre placas, a miles de kilómetros de distancia, en California,
explican Fred Pollitz (del Servicio Geológico de EE UU) y sus
colegas.
Cuando se produce un terremoto se queda todo el planeta vibrando durante un tiempo, “y estudiando esas vibraciones podemos conocer la estructura interna de la Tierra”, apunta Herraiz. Pero en los días
posteriores al terremoto de abril de este año en el Índico, fue especialmente notable la cantidad de sismos importantes (hasta magnitud 7) alejados del epicentro (a más de 1.500 kilómetros) y los científicos
sospechan que, al menos en el caso de California, se debió a la activación de una falla allí por efecto de la fractura de placa registrada al otro lado del
mundo.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/02/actualidad/1349203182_280353.html
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