Al menos 48 personas han muerto y casi 70.000 han tenido que ser evacuadas a causa de las fuertes inundaciones que azotan a Malaui, lo que ha obligado al presidente, Peter Mutharika, a declarar un tercio del país como zona de catástrofe.
En un discurso a la nación, el presidente Mutharika informó de que unos 13.000 hogares han sido afectados por las riadas y añadió que las fuertes lluvias están dificultando las operaciones de rescate.
“Pido la ayuda de la sociedad civil y del sector privado malauí, así como de las ONG y de la ONU, para aliviar el sufrimiento de los habitantes de Malaui”, declaró Mutharika antes de calificar estas inundaciones de “tragedia nacional”.
Por su parte, el líder de la oposición, Lazaro Chakwera, llamó a la unidad nacional para salir adelante: “Este país necesita toda la ayuda posible“, afirmó en declaraciones a los periodistas.
Las fuertes lluvias, que comenzaron este fin de semana, han provocado numerosos destrozos en varias infraestructuras, así como el derribo de torres eléctricas, por lo que gran parte del país sufre cortes de electricidad.
Helicópteros del Ejército han sido desplegados para rescatar a las decenas de personas cuyas casas han sido afectadas por el agua.
Las calles están llenas de escombros y muchos de los cultivos -recién plantados- se han perdido, lo que supone un duro golpe para un país mayoritariamente rural y donde la principal fuente de recursos es la agricultura.
El Gobierno ha asegurado que estas inundaciones son las peores que ha sufrido Malaui desde 1997.
En el país vecino, Mozambique, las inundaciones han causado al menos ocho muertos, 15.000 desplazados y grandes destrozos en las infraestructuras, según informó hoy el diario local “Notícias”, aunque el Gobierno no ha dado cifras oficiales.
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