Los astronautas permanecen aislados en el sector ruso de la plataforma, donde la contaminación se mantiene en los límites permitidos, mientras la NASA investiga el problema
“Ahora todos los astronautas han pasado al segmento ruso de la ISS. Acabamos de comunicarnos con ellos, la situación está bajo control y no corren peligro“, explicó un portavoz de la agencia espacial Roscosmos a Interfax.
El amoniaco, que sirve entre otras cosas para enfriar el circuito eléctrico en la ISS, es altamente venenoso. Una fuga de amoniaco y un incendio son considerados los mayores peligros para la estación.
El incidente ocurrió alrededor de las 11.44 horas (hora peninsular española). “La seguridad de la tripulación ha sido asegurada por la acción conjunta de los astronautas de Estados Unidos y Rusia, así como por el personal de control de la misión en Moscú y Houston”, ha apuntado el jefe del Centro de Control de Misión ruso, Maksim Matyushin.
Por su parte, la NASA no cree que se haya producido una filtración de amoniaco tóxico, aunque investiga la “anomalía” y la tripulación sigue por precaución en la zona rusa. Mike Suffredini, uno de los responsables de la misión de la ISS en la NASA, explicó que todavía se está analizando la causa de la alerta.
“En este momento el equipo no cree que se haya escapado amoniaco”, explicó Suffredini. En lugar de eso, se cree que se produjo un fallo informático.
“Creemos que ahora todo está bien, pero todavía nos queda un largo camino por delante hasta que hayamos vuelto a configurar todo”, agregó Suffredini. “Esperamos que la tripulación pueda volver esta noche a la sección estadounidense”, afirmó.
La hipótesis del sensor defectuoso
Los astronautas Barry Wilmore y Terry Virts, y la italiana Samantha Cristoforetti, que forman la actual tripulación de la ISS junto con sus colegas rusos Alexandr Samokutiáyev, Yelena Serova y Antón Schkáplerov, se vieron obligados a evacuar su módulo y refugiarse en zona rusa, sellada por precaución.
Según Suffredini, el centro de control de Houston (Texas) detectó una alerta de fallo en el sistema de refrigeración y un incremento de la presión en la zona habitable de la ISS, consistente con una filtración de amoniaco.
No obstante, los datos de telemetría y la tripulación han confirmado que no se ha producido la temida filtración, aunque por precaución los estadounidenses siguen recluidos en la zona rusa, con las esclusas cerradas, mientras verifican las mediciones.
Los seis astronautas de la Estación intentaron tomar pruebas de la atmósfera del segmento estadounidense con la ayuda de aparatos especiales y máscaras de oxígeno, pero se vieron obligados a refugiarse de nuevo en la zona rusa por datos contradictorios. La NASA considera que la alerta se ha podido deber a un sensor defectuoso o a un fallo informático.
Los responsables del centro de mando de Houston creen que los astronautas estadounidenses podrán regresar a su módulo, donde estaban realizando experimentos científicos, a finales del miércoles.
Rusia y Estados Unidos siguen cooperando en la explotación de la ISS a pesar del clima de tensión que reina entre los dos países el último año a raíz del conflicto de Ucrania y las sanciones occidentales impuestas a Moscú.
Sin embargo, aunque Roscosmos, la NASA, la Agencia Espacial Europea y el resto de países involucrados en el proyecto han acordado que la ISS funcione hasta 2020, Rusia no se ha comprometido a prolongar el uso de la plataforma orbital después de esa fecha, como propone Estados Unidos.
La ISS, que ha cumplido 16 años de vida, está integrada por once módulos, además de placas solares y otros equipos robóticos, y acoge a una tripulación de seis personas de manera permanente desde 2009. Desde la jubilación en 2011 de los transbordadores estadounidenses, las naves rusas Soyuz son el único medio de transporte para los astronautas en sus viajes entre la Tierra y el puerto espacial
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