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jueves, 2 de octubre de 2014

POR QUE EL DALAI LAMA NO QUIERE REENCARNARSE


El Dalái Lama durante una ceremonia en Hamburgo. (AFP). Se ha convertido en una institución reconocida y respetada en todo el mundo, pero lo más probable es que deje de existir. La figura más representativa del budismo, el Dalái Lama, el líder espiritual tibetano, se plantea muy seriamente no reencarnarse a su muerte y acabar así con una tradición de varios siglos. Algo que por otra parte China no parece dispuesta a permitir.

Y es que el procedimiento para encontrar al sucesor es siempre el mismo. Cuando el dalái fallece, sus discípulos y estudiosos empiezan a buscar niños que hayan nacido aproximadamente en las mismas fechas y les hacen pasar una serie de pruebas, entre otras reconocer objetos que le habían pertenecido.

El que finalmente supera todos los desafíos es nombrado nuevo Dalái Lama y empieza su formación religiosa. El actual, Tenzin Gyatso tiene ya 79 años y ha ocupado el cargo desde los 2, con una relación muy tensa con China como telón de fondo, que le obligó a abandonar el Tíbet hace varias décadas, tras la invasión del ejército chino con el objetivo de integrar el territorio.

“Tuvimos un Dalái Lama durante casi cinco siglos. Actualmente el decimocuarto es muy popular. Terminemos con un dalái popular. Si aparece uno débil, se deshonrará al Dalái Lama”, confesó en una entrevista para el periódico alemán Welt am Sonntag.

“El budismo tibetano no depende de un individuo. Tenemos muy buenas estructuras organizativas con monjes y estudiosos muy bien preparados”, confesó, dejando claro que su decisión de acabar con esta forma de sucesión es muy meditada.

Un tibutano en el exilio es detenido durante una protesta. (AP)No hay que olvidar que es el propio dalái el que decide si se sigue reencarnando (para ayudar y guiar a la gente en la Tierra) o si deja de hacerlo. Ya en 2011, Gyatso anunció que dejaba el cargo político de líder del movimiento de los tibetanos en el exilio; ahora parece que le ha llegado el turno al espiritual.

En ese continuo enfrentamiento con China, en la lucha por recuperar la independencia perdida, el poderoso país asiático no piensa quedarse de brazos cruzados ante la decisión de Tenzin Gyatso. De hecho, cuando dijo estas palabras, rápidamente varios miembros del gobierno salieron a defender la forma tradicional de elegir al sucesor. Acusan al actual dalái de fomentar el separatismo tibetano y quieren participar en la elección del siguiente.

“El título de Dalái Lama es otorgado por el Gobierno Central y China seguirá las costumbres históricas y los procedimientos religiosos para elegir al decimoquinto Dalái Lama”, aseguró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying.

El objetivo de China es claro: conseguir que el sucesor de Gyatso sea afín al Gobierno de Pekín y evitar así que una figura que goza de una enorme simpatía a nivel mundial no cuestione el dominio chino sobre la región.

El desafío está en el aire y los argumentos de cada uno trabajando a toda velocidad. Solo falta saber si el Dalái logrará conseguir su gran objetivo o si por el contrario China vuelve a imponer su dominio una vez más.

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