Las pinturas rupestres, los petroglifos o estructuras megalíticas como Stonehenge responderían, según un estudio, a la creencia en espíritus.
Stonehenge, el círculo de piedra más famoso del Neolítico Efe
Madrid (EUROPA PRESS). - Un equipo de especialistas ha llevado a cabo un estudio que baraja la posibilidad de que el arte prehistórico -las pinturas rupestres, los petroglifos o estructuras megalíticas como Stonehenge- estaba inspirado por ondas de sonidos que el hombre malinterpretó como algo 'sobrenatural'.
Los expertos, que han presentado el trabajo en la Reunión de la Sociedad Acústica de América (ASA), han señalado que la mitología antigua explicaba "ecos de las bocas de las cuevas como respuestas de los espíritus", por lo que los antepasados del hombre podrían haber realizado las pinturas rupestres en respuesta a estos ecos.
A su juicio, su comportamiento respondía a la creencia en los espíritus. En el estudio se analiza que los ecos de las palmas puede sonar similares a golpes de pezuñas, mientras que varios ecos dentro de una caverna pueden provocar una reverberación atronadora que imite el sonido de un rebaño en estampida de animales ungulados.
"Muchas culturas antiguas atribuyen un trueno en el cielo a los 'dioses', así que tiene sentido que la reverberación dentro de las cuevas fuera interpretado como un trueno y esos mismos dioses del trueno inspiraran los dibujos en las paredes de la cueva", ha apuntado uno de los autores, Steven J. Waller. Esta teoría es apoyada por las mediciones acústicas, que muestran la correspondencia estadísticamente significativa entre los sitios en los que se ha encontrado arte rupestre y los que tienen la refelexión de sonido más fuerte". Otras características acústicas también pueden haber sido mal interpretadas por las antiguas culturas, que desconocían la teoría de las ondas de sonido. En este sentido, Waller notó una semejanza entre un patrón de interferencia y Stonehenge, por lo que recreó una situación en un campo abierto y con dos flautas "zumbando la misma nota" para explorar lo que sonaría".
"Con los ojos vendados, se produce la ilusión de un anillo gigante de rocas o pilares recreando sombras acústicas", dijo Waller. Así, viajó a Inglaterra y demostró que Stonehenge, en efecto, irradia sombras acústicas que recrean el mismo patrón que la interferencia. "Mi teoría es que los patrones de interferencia musicales sirvieron como modelo para los círculos megalíticos de piedra", ha señalado el investigador.
Para los expertos, lo más importante de esta investigación es que demuestra que los fenómenos acústicos eran culturalmente significativos para los primeros seres humanos y que conducen a la conclusión inmediata de que los paisajes sonoros naturales de los sitios arqueológicos deben ser preservados en su estado natural para su posterior estudio y una mayor apreciación.
"Incluso hoy en día, la información sensorial se puede utilizar para manipular la percepción y dar lugar a ilusiones inconsistentes con la realidad científica. Esto podrían tener aplicaciones prácticas interesantes para la realidad virtual y efectos especiales en los medios de entretenimiento", ha concluido.
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