Un ascensor espacial de unos 100.000 kilómetros desde la Tierra hasta la órbita geoestacionaria haría el acceso al cosmos rutinario, barato, seguro y eficiente, afirman los científicos.
La idea, creada por el 'padre de la cosmonáutica', el científico ruso Konstantín Tsiolkóvski, se ha discutido durante décadas. Como dijo en 2003 el escritor de ciencia ficción Arthur Clarke, "el ascensor espacial lo construirán dentro de diez años, cuando hayan dejado de reírse de la idea. ¡Y ya han dejado de reírse!".
El ascensor todavía no se ha construido, pero actualmente la propuesta se toma mucho más en serio. En 2012 se presentó un proyecto de construcción, según el cual viajar al espacio en ascensor sería posible en 2020. Ahora un grupo internacional de investigadores a cargo de la Academia Internacional de Astronáutica (International Academy of Astronautics, IAA por sus siglas en inglés), publicó un detallado estudio titulado 'Ascensores espaciales: evaluación de la viabilidad tecnológica y su desarrollo' ('Space Elevators: An Assessment of the Technological Feasibility and the Way Forward'), donde analizan tanto las tecnologías existentes que podrían utilizarse para el proyecto como los mercados que se beneficiarían de la construcción y qué tipo de inversores podrían estar interesados.
¿Para qué necesitamos un ascensor espacial?
La Tierra se beneficiaría mucho de su construcción, señalan los responsables del estudio. Permitiría instalar en la órbita paneles solares que producirían tanta energía que la India o China dejarían de quemar carbón y la Amazonia podría conservar sus selvas. También podría utilizarse para llevar a la órbita desechos nucleares, lo que haría del planeta un lugar más seguro. Al fin y al cabo, simplificaría mucho el transporte de mercancías y humanos a la órbita: los cohetes pueden llevar solo un 6% de carga útil debido a que un 80% de su masa corresponde al combustible y un 14% a la estructura. Un ascensor permitiría llevar a la órbita cargas de cualquier forma, peso o cantidad a un coste mucho más bajo.
¿Cómo sería un ascensor cósmico?
Consistiría en un resistente cable que se extendería desde el ecuador terrestre hasta la órbita geoestacionaria, con un contrapeso en el extremo opuesto que, girando con el planeta, mantendría el cable tenso para que pudieran levantarse cargamentos sobre él. Hoy ya existen tecnologías que podrían convertir este proyecto en realidad; muchas esperanzas están depositadas en las nanotecnologías. Por ejemplo, para la construcción del ascensor podrían utilizarse nanotubos de carbono, un material con un tenacidad específica 1.000 veces mayor que la del acero. "Los materiales que se están ensayando en laboratorios (…) prometen un cable que capaz de soportar el desgaste provocado por las condiciones ambientales y el funcionamiento", se dice en el informe.
"Creo que los ascensores espaciales funcionarán, ya sea en 2035, en 2060 o en 2100", dice Peter Swan, ingeniero jefe de SouthWest Analytic Network, y miembro del Consorcio de Ascensores Espaciales (Space Elevator Consortium; ISEC). Algún día "lo que hará reír a la gente será pensar que antiguamente usábamos cohetes", añade.
© NASA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.