Los comedores escolares públicos van a servir 3.000 toneladas de carne que contiene un polémico compuesto alimentario. Aunque las autoridades sanitarias lo llaman ‘carne refinada’, popularmente se conoce como “mugre rosa”.
Ángel Carreira
Ataviados con batas y mascarillas, los gobernadores de tres estados norteamericanos han visitado una fábrica de carne en la que se crea un polémico compuesto alimentario.
Se trata de ‘carne refinada’, más conocida como ‘pink slime’ (mugre rosa). Un nombre poco apetitoso para una mezcla que, según denuncia una cadena de televisión, está presente en el 70% de los productos cárnicos en Estados Unidos.
El canal ABC explica cómo los deshechos de mataderos se convierten, durante un proceso industrial, en algo parecido a carne picada.
El mediático chef Jamie Oliver, defensor de la comida orgánica, va más allá. En uno de sus programas utilizó una lavadora para explicarlo. Lo que más sorprendió a los consumidores fue descubrir que uno de los ingredientes del compuesto alimentario es el amoniaco. Sirve para eliminar bacterias y aglutinar las partes menos apetecibles de la res.
Las empresas de comida rápida se han apresurado a retirarlo de entre sus ingredientes para frenar el miedo de sus clientes a una posible intoxicación.
La autoridad alimentaria también ha intervenido para asegurar que la carne refinada cumple los requisitos sanitarios. Pero las dudas persisten tras el reciente anuncio del gobierno de que va a servir, a 32 millones de niños en comedores escolares, el polémico ‘pink slime’.
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