Caral desarrolló en el actual Perú una cultura caracterizada por no ser guerrera ni usar apenas armas.
Es la civilización más antigua de América pero, paradójicamente, ha sido prácticamente la última en conocerse. Su descubridora, Ruth Shady Solís, arqueóloga y antropóloga peruana, visita estos días Santiago para hablar de Caral, la civilización más antigua de América -es, por ejemplo, tres mil años anterior a la maya-, lo que sitúa su desarrollo hace cinco mil años. Shady abordó la trascendencia y el rol que juega en la sociedad actual la investigación de esta civilización que se caracteriza, al contrario de otras contemporáneas en el Viejo Continente, como Egipto o Mesopotamia, por no ser guerrera ni utilizar apenas armas, lo que para Ruth demuestra que hay otras formas de desarrollarse.
«Se desarrolló en condiciones de paz, por lo que el mensaje que debemos sacar es que más vale el intercambio y la comunicación que la dominación», apunta Shady. Una de las curiosidades de Caral es que sus pobladores descubrieron técnicas antisísmicas «y han venido ingenieros japoneses después del terremoto a conocer estas tecnologías a Caral. Les parecía increíble como cinco mil años después obtuvieron el mismo resultado», concluyó.
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