El Sol puede ser una de las mayores amenazas para la humanidad durante el próximo siglo. Si una fulguración solar como la que golpeó a nuestro planeta hace 150 años se estrellara contra la Tierra hoy podría acabar con la electricidad y con internet, asegura un estudio realizado por expertos de la Universidad de Harvard y citado por New Scientists.
«Solemos considerar que el Sol es nuestro amigo y fuente de vida. Sin embargo [nuestra estrella] también puede ser lo contrario. Todo depende de las circunstancias», afirma Avi Loeb, investigador de la Universidad de Harvard
Ambos se toparon con que las llamaradas más fuertes pueden ocurrir en una estrella como la nuestra una vez cada 20 millones de años. La peor de estas erupciones energéticas de radiación ultravioleta y partículas altamente cargadas puede destrozar nuestra capa de ozono, causar mutaciones del ADN y dañar los ecosistemas.
Los especialistas apuntan que, a corto plazo, solo habrá erupciones solares de baja escala, si bien estas pueden causar un daño significativo.
En 1859, una tormenta en el Sol envió una enorme llamarada rumbo a la Tierra. Aquella fue la primera vez en la historia que un acontecimiento de este tipo fue registrado. La erupción tuvo como consecuencia el fallo de los sistemas de comunicación telegráfica en muchos países de Occidente.
Loeb pone de relieve que, en aquel entonces, la tecnología no desempeñaba un papel tan central en la vida diaria, de modo que los daños no fueron excesivamente graves. No obstante, en caso de que una catástrofe de este tipo tenga lugar en nuestra época, los daños se cifrarían en billones de dólares, agrega el entrevistado.
«Una erupción así puede acabar con redes eléctricas, todas las computadoras y sistemas de enfriamiento de reactores nucleares. Muchas cosas pueden salir mal», manifestó Avi Loeb.
El científico precisó que un acontecimiento similar al del año 1850 puede propiciar daños por un valor total de 10 billones de dólares. El especialista indica que si la erupción fuera un poco más fuerte, podría hasta dañar la capa de ozono.
La posibilidad de una erupción solar fuerte se cifra en un 12% en la próxima década, si bien nadie parecer estar excesivamente preocupado. Loeb destaca que todo el mundo teme el impacto de un asteroide, pero en realidad las erupciones solares pueden ser igual de mortíferas y de probables.
A raíz del estudio, los científicos hallaron una manera de proteger la Tierra de semejantes catástrofes. Esto supone el despliegue del círculo de un cable conductivo entre la Tierra y el Sol que podría funcionar a la manera de un escudo magnético y desviar las partículas de una llamarada solar. Lamentablemente, el precio de un escudo de este tipo puede costar cerca de 100.000 millones de dólares.
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