El doctorado en física cuántica Ben Miller advierte de las grandes implicaciones religiosas, políticas y sociales que tendrá para la humanidad el primer encuentro con vida extraterrestre.

El lanzamiento este año del telescopio de sondeo Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) contribuirá a discernir si hay vida o restos de esta en alguno de los miles de millones de planetas de las estrellas más cercanas a la Tierra, buscando señales en sus atmósferas para encontrar restos de oxígeno o de agua líquida en su superficie, como en el reciente descubrimiento de un océano en el planeta Próxima b, en órbita alrededor de la estrella Próxima Centauri.
En cuanto a la posibilidad de que recibamos un mensaje extraterrestre proveniente del espacio exterior y sobre cómo descifrar su contenido, Ben Miller considera que no será un problema, aunque será complicado traducirlo.
“No tendremos una piedra de Rosetta cuando recibamos el mensaje alienígena, por lo que será una dura tarea traducirlo. Pero hay muchas e inteligentes ideas para crear una piedra de Rosetta con todo tipo de información, datos matemáticos, física, incluido Internet, para poder reflejar lo mejor posible cómo es nuestra especie y sociedad y así encontrar algo en esa información que los alienígenas tengan en común con nosotros”, explica.
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