La enorme fisura, conocida como grieta Halloween, ha duplicado su longitud en sólo tres meses. Esto ha obligado a evacuar la base de investigación, localizada no lejos de donde se encuentra la grieta, según informa la organización británica en un comunicado. Sólo unas semanas atrás, las instalaciones comenzaron a reubicarse en respuesta a otro peligro: un enorme sima al sur de la estación, que amenazaba con dejarla a la deriva.
Afortunadamente para los investigadores, la estación Halley VI está compuesta por ocho módulos separados que pueden ser desarmados y remolcados mediante patas hidráulicas montadas sobre esquís, lo que hace que la base se pueda deslizar lejos de las grietas a medida que vayan apareciendo.
Los científicos alertan de las numerosas anomalías climáticas que están apareciendo en ambos polos de la Tierra. A principios de año se detectó que uno de los diez icebergs más grandes del mundo está a punto de desprenderse de la Antártida, mientras que en el Ártico se han registrado este invierno temperaturas de hasta 30 grados centígrados por encima de lo habitual en estas fechas.
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