Agencias de Naciones Unidas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y organizaciones humanitarias como Cruz Roja Española y Oxfam advierten de que la inminente llegada de las lluvias monzónicas, a comienzos de junio, amenazan la recuperación de Nepal cuando este lunes, 25 de abril, se cumple el primer mes del terremoto de 7,8 grados de magnitud que sacudió este país
La OMS aseguró que continúa trabajando en la respuesta a la emergencia de salvar vidas y atendiendo las necesidades urgentes de salud en Nepal, y destacó que “la amenaza de desastre está lejos de terminar porque la temporada de los monzones se acerca rápidamente”.
“Hay retos por delante, como restaurar con urgencia los servicios de atención primaria de la salud aunque sea temporalmente, suministrar agua, medicamentos esenciales y mantener una estricta vigilancia para responder rápidamente a cualquier brote de la enfermedad”, señaló Poonam Khetrapal Singh, de la OMS.
Esta agencia de la ONU ha incrementado la asistencia médica en las zonas devastadas, la vigilancia de enfermedades con el establecimiento de alertas tempranas y sistemas de respuesta, y los esfuerzos de evaluación y divulgación para llegar a las zonas remotas.
Años de recuperación
Por su parte, Cruz Roja Española señaló que ha acelerado la distribución de ayuda básica para los supervivientes de los dos recientes terremotos en Nepal ante la próxima llegada de la temporada de lluvias monzónicas, que amenaza las labores de asistencia humanitaria y la recuperación en este país.
La organización indicó que los monzones llegarán a principios de junio y estarán acompañados de vientos que desencadenan lluvias torrenciales y fuertes inundaciones, aunque la economía nepalesa depende de ellos porque tanto el algodón como el arroz necesitan mucha cantidad de agua.
Sin embargo, apuntó que este fenómeno supone “una grave amenaza” para una población que ha sufrido dos fuertes terremotos e innumerables réplicas en apenas dos semanas (el 25 de abril y el 12 de mayo).
“Cruz Roja está muy preocupada por el impacto de este fenómeno porque producirá desprendimientos de tierra, cortes de las ya precarias vías de comunicación y aislamiento de múltiples comunidades”, resaltó Íñigo Vila, responsable de la Unidad de Emergencias de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española.
Por ello, esta organización está acelerando la distribución de toldos plásticos y de tiendas de campaña entre los afectados. Hasta ahora, ha contribuido a dar cobijo a más de 221.000 personas y llegará a unas 500.000 en las próximas semanas.
Cruz Roja Española recalcó que la intervención en materia de saneamiento también es clave a la hora de evitar infecciones y brotes epidémicos, por lo cual ha desplegado su Unidad de Respuesta a Emergencias de Saneamiento Masivo en el distrito de Rasuwa, uno de los más afectados por los terremotos.
Pese a los esfuerzos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que ha desplegado una operación sin precedentes en Nepal a través del envío de una docena de unidades de respuesta a emergencias y otros equipos y que cuenta con el papel clave de la Cruz Roja Nepalesa (que intervino desde el primer momento con más de 6.600 voluntarios), el impacto de los terremotos que han sacudido el país es de tal magnitud que se tardará años en lograr una cierta “normalidad”, y siempre en función de la ayuda que se reciba.
“La población nepalesa no puede pensar en la recuperación, por el momento; estamos viendo poblaciones con más del 95% de devastación de sus viviendas e infraestructuras básicas como escuelas o centros de salud; hace falta mucha ayuda”, recalcó Carmen Ferrer, delegada de Cruz Roja Española en el país asiático.
Guías de montaña
Por su parte, Oxfam subrayó que está trabajando con guías de montaña y porteadores para llevar ayuda que pueda salvar vidas en los pueblos más remotos antes de que las lluvias monzónicas lleguen a Nepal.
Esta ONG ha conseguido llegar al distrito de Gorkha, epicentro del primer terremoto y una de las zonas más afectadas, donde hasta el 90% de las casas han sido destruidas y las comunidades han sido divididas por los deslizamientos de tierra.
El pasado 17 de mayo, el primer equipo de porteadores y guías de montaña llegó al devastado Barpak, el epicentro del primer terremoto, y les costó más de cuatro horas llegar a Laprak, una aldea a 2.700 metros sobre el nivel del mar. Llevaban lonas y kits de higiene para las personas desplazadas, el equivalente a casi 2,5 toneladas de materiales.
Oxfam está planeando actividades similares para llegar a otras comunidades aisladas lo más pronto posible, ya que el monzón podría golpear en cualquier momento en las próximas cuatro semanas.
“Hemos pedido ayuda a los guías de montaña con más conocimientos de Nepal para asegurarnos de que la ayuda llega a los que más la necesitan. Esto no sólo es una manera eficaz de entregar la ayuda, sino que también da trabajo a los porteadores que no encuentran trabajo tan fácilmente como lo hacían antes del desastre”, indicó Orla Murphy, responsable de la respuesta al terremoto de Oxfam Nepal, quien agregó que “debemos hacer todo lo posible para proporcionar la ayuda necesaria a la población antes de que lleguen los monzones, no hay tiempo que perder”.
Oxfam pretende llegar a 400.000 personas hasta que termine la temporada de monzones. Durante los próximos tres años, esta organización tiene previsto ofrecer ayuda por valor de 56 millones de dólares (50,7 millones de euros) y un programa de recuperación de Nepal. Hasta ahora ha recaudado más de 40 millones de dólares (36,2 millones de euros), en gran medida gracias a la generosidad de la ciudadanía.
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