Se trata de un trabajador rural que fue asistido en estado de shock. Lo describió con sombrero, ropa negra y voz ronca.
Un trabajador rural catamarqueño denunció que fue golpeado por un duende, tras lo cual debió ser asistido en una clínica en estado de shock y sin habla.
El hecho ocurrió este martes en la localidad de Tinogasta, en una finca situada sobre la ruta nacional 60 alrededor de las 15, cuando el hombre se alejó de sus compañeros de trabajo para hacer sus necesidades fisiológicas y “sintió que alguien lo tocó por la espalda”, según relató el protagonista de la insólita historia.
El hecho ocurrió este martes en la localidad de Tinogasta, en una finca situada sobre la ruta nacional 60 alrededor de las 15, cuando el hombre se alejó de sus compañeros de trabajo para hacer sus necesidades fisiológicas y “sintió que alguien lo tocó por la espalda”, según relató el protagonista de la insólita historia.
El obrero lo describió como “un individuo del tamaño de un niño pequeño, con un sombrero enorme, vestido con ropas negras y al que no podía verle el rostro”.
“Me di la vuelta y me pegó una patada en el trasero, entonces intenté seguir caminando pero sentí las piernas muy pesadas, como sin fuerzas para moverlas, además tenía escalofríos”, contó el hombre tras recuperarse de su estado nervioso.
Agregó que logró pasar un alambrado y que, salvo el camino por donde iba, el resto “era confuso”. “Del otro lado, lo vuelvo a mirar y me habló con una voz ronca, me llamaba y me decía que vaya, que no me iba a hacer nada”, recordó.
Al volver al trabajo, sus compañeros lo notaron sin habla y en estado de shock, por lo que lo llevaron a la clínica Virgen del Valle, donde ingresó con una crisis nerviosa. “Estaba en estado de shock, con taquicardia, hipertensión, sin poder producir ninguna palabra, es decir, sin habla”, contó la médica Sofía Bellido.
La profesional contó que “el hombre tuvo un episodio de campo que no se pudo precisar completamente, pero con señas y escribiendo en un papel dijo haber visto algo en el campo que no podía explicar”.
“En un momento pensé que podría ser algún tipo de alucinación, pero estaba totalmente bien, no tenía ningún estado de intoxicación, ni alcohólica, de hecho estaba en horario de trabajo”, explicó Bellido.
La profesional remarcó que en el centro asistencial respetan “las creencias del medio” y que el objetivo de los médicos es “tranquilizar” al hombre y que “supere este trance con una terapia psicológica”.
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