El polémico episodio se ha producido en un balneario muy popular de Buenos Aires
No por la muerte del animal en sí, sino por el hecho de que un grupo de turistas se empecinó en tomarse una fotografía con el mamífero. El hacerse una selfi con el animal les pareció más importante que devolverlo al mar y permitir que viviera. No lo hicieron, se tomaron la foto y el delfín falleció.
El episodio tuvo lugar el pasado 5 de febrero, pero se acaba de conocer ahora. Primero circularon las fotografías en la red. Y un rumor: un hombre lo había sacado del mar y lo exhibió ante las personas que paseaban por la playa o que se acercaron a curiosear. Luego, el delfín, aún vivo, quedó en la orilla, deshidratado.
Quienes se tomaron una selfi aseguraron que el delfín ya estaba muerto. Pero un veraneante anónimo había captado las imágenes con su teléfono móvil. Unas imágenes en las que se aprecia cómo lo sacan del mar, como la gente se arremolina alrededor del delfín, y la discusión entre los que sugerían devolver al mamífero al mar y los que seguían indiferentes con sus rituales fotográficos.
Las especulaciones se terminaron cuando el vídeo empezó a circular por las redes sociales. Las imágenes hablan por sí solas.
“Con un hombre intentamos reanimarlo, pero sus heridas eran graves, no pudo soportarlo. Era tan solo bebé. Un animal increíble, que tuvo la mala suerte de toparse con la peor especie de mamíferos que son los humanos”, explicaba Ayelén Rodríguez, que estuvo ese día en la playa.
Según una denuncia de la fundación Vida Silvestre, los turistas sacaron del agua a dos delfines. Se trata de franciscanos, o delfines del Plata, uno de los especímenes más pequeños del mundo, que miden entre 1,30 y 1,70 m de largo.
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