Los investigadores estadounidenses en Alaska han expresado su preocupación por la radiación procedente de la siniestrada central nuclear japonesa de Fukushima y por el escaso monitoreo de la situación en las aguas de Alaska. Douglas Dasher, un científico de la Universidad de Alaska Fairbanks, dijo que la radiación que llega a las costas de la región podría alcanzar los niveles registrados allí durante las pruebas nucleares de la Guerra Fría.
"Los niveles de radiación pronosticados en algunos modelos [computarizados] son comparables con los que se observaban en el norte del Pacífico en los 60", dijo el investigador citado por CBC News.
“Los niveles de radiación pronosticados en algunos modelos [computarizados] son comparables con los que se observaban en el norte del Pacífico en los 60”John Kelley, profesor emérito de la misma universidad, dijo que aunque no está seguro de que la contaminación alcance niveles peligrosos para los humanos, "si nadie lo monitorea, ¿cómo lo podremos saber?".
El investigador lamentó que la mayor parte de ese monitoreo se realice de forma voluntaria por universidades y organizaciones no gubernamentales. Cada día 300 toneladas de agua radiactiva de la central nuclear de Fukushima entran en el Océano Pacífico y la fauna marina sufre los estragos de la radiación. Los últimos datos muestran que los niveles registrados por las estaciones de vigilancia de las plantas nucleares de EE.UU. son particularmente elevados en la costa oeste del país.
Según el Servicio Geológico de EE.UU., a decenas de osos polares se les ha detectado alopecia o pérdida de cabello a lo largo de la costa de Alaska. Además, focas y morsas están sufriendo daños en la piel en la misma región. A lo largo de la costa del Pacífico de Canadá y Alaska, la población de salmón rojo se encuentra en mínimos históricos. Muchos especialistas achacan este fenómeno a Fukushima.
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