Un temblor de medianas magnitudes
desencadenaría una nueva catástrofe en la accidentada planta nuclear de
Fukushima, aseguran los expertos.
“Hay miles de tanques de almacenamiento de agua
radiactiva en la planta que están conectados con tuberías de plástico, de la
misma forma que en una piscina común. Incluso en un pequeño terremoto las
tuberías plásticas de las piscinas no resisten y todo su contenido se derrama
sobre el área circundante”, explicó el especialista en energía atómica Arnold
Gundersen.
“Dentro de los cuatro reactores [que sufrieron
serios daños tras el terremoto y el tsunami de 2011] frecuentemente ocurren
grandes explosiones”, agregó.
Este viernes TEPCO, la operadora de la central
nuclear Fukushima, había informado que se registró un fuerte aumento de los
niveles de estroncio-90 y tritio en las aguas subterráneas bajo la accidentada
planta.
El nivel de sustancias radiactivas en las
muestras de agua tomadas en uno de los pozos en el área técnica de la planta
supera los 400.000 bequerelios por litro, cuando la norma es de 150.
“El estroncio-90 en grandes cantidades se
acumula en los huesos de las personas y causan leucemia. Es aterrador que estas
sustancias se estén diluyendo en grandes cantidades de agua [en el océano
Pacífico]“, advirtió Gundersen.
Además, el especialista señaló que, de
producirse un terremoto de medianas magnitudes en la zona de Fukushima, uno de
los efectos sería el incremento del riesgo de que las personas contraigan
cáncer, a parte de los graves daños al medio ambiente
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