Dirigidos desde la Universidad de Arizona, los científicos de la misión OSIRIS-REx, cuyo objetivo será traer a la Tierra muestras de un asteroide, han medido la órbita del asteroide de destino, el 1999 RQ36, con tal exactitud que han sido capaces de determinar directamente la desviación resultante de una fuerza sutil pero importante llamada Efecto Yarkovsky. Este efecto es el ligero empuje creado cuando un asteroide absorbe luz solar y reemite parte de esa energía en forma de calor.
La nueva medición de la órbita del asteroide de medio kilómetro de diámetro (un tercio de milla), es la más precisa obtenida hasta ahora de entre todas las mediciones de órbitas asteroidales.
Las notables observaciones que Michael Nolan hizo hace unos meses, junto con las mediciones realizadas desde el observatorio de Arecibo en Puerto Rico y el Observatorio de Goldstone en California, hechas en 1999 y 2005, cuando 1999 RQ36 pasó mucho más cerca de la Tierra, muestran que la órbita del asteroide se ha modificado, con respecto a lo impuesto exclusivamente por la gravedad, unos 160 kilómetros (100 millas) en los últimos 12 años. Esta desviación está causada en buena parte por el efecto Yarkovsky.
El efecto Yarkovsky se llama así por el ingeniero ruso del siglo XIX que propuso por primera vez la idea de que un pequeño objeto rocoso circulando por el espacio podría, disponiendo de largos períodos de tiempo, ser desplazado en su órbita por el ligero empuje creado cuando se absorbe la luz solar y luego se reemite esa energía en forma de calor.
El efecto es difícil de medir porque es ínfimo.
La pieza final del rompecabezas fue proporcionada por Josh Emery, de la Universidad de Tennesse, que usó el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA para estudiar las características térmicas de la roca espacial. Las mediciones de Emery de las emisiones infrarrojas de 1999 RQ36 le permitieron averiguar las temperaturas del objeto.
El miembro del equipo de OSIRIS-REx, Steven Chesley, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, y sus colegas utilizaron las nuevas mediciones para calcular una serie de acercamientos de 1999 RQ36, a tan corta distancia de la Tierra como 7,5 millones de kilómetros (4.6 millones de millas), entre los años 1654 y 2135. Determinaron que fueron 11 los encuentros de tales características.
En 2135, el asteroide de 500 metros de diámetro (1.640 pies) pasará a unos 350.000 kilómetros (220.000 millas) de la Tierra, su aproximación más cercana durante un lapso de tiempo de 481 años. Esa distancia es menor que la existente entre la Tierra y la Luna, que orbita a unos 390.000 kilómetros (240.000 millas) de la Tierra. A tan cortas distancias, la trayectoria posterior del asteroide se hace imposible de predecir con exactitud, por lo que las aproximaciones subsiguientes sólo pueden ser estudiadas de manera estadística.
En realidad, los nuevos resultados no cambian lo que cualitativamente se sabe acerca de las probabilidades de impactos futuros. Las probabilidades de que este asteroide potencialmente peligroso choque con la Tierra en el siglo 22 todavía se calcula que serán aproximadamente de una entre varios miles.
Si todo marcha como está previsto, la sonda espacial ORIRIS-REx será lanzada al espacio en el año 2016. En su misión, visitará a 1999 RQ36, recogerá muestras del asteroide y regresará a la Tierra.
La nueva medición de la órbita del asteroide de medio kilómetro de diámetro (un tercio de milla), es la más precisa obtenida hasta ahora de entre todas las mediciones de órbitas asteroidales.
Las notables observaciones que Michael Nolan hizo hace unos meses, junto con las mediciones realizadas desde el observatorio de Arecibo en Puerto Rico y el Observatorio de Goldstone en California, hechas en 1999 y 2005, cuando 1999 RQ36 pasó mucho más cerca de la Tierra, muestran que la órbita del asteroide se ha modificado, con respecto a lo impuesto exclusivamente por la gravedad, unos 160 kilómetros (100 millas) en los últimos 12 años. Esta desviación está causada en buena parte por el efecto Yarkovsky.
El efecto Yarkovsky se llama así por el ingeniero ruso del siglo XIX que propuso por primera vez la idea de que un pequeño objeto rocoso circulando por el espacio podría, disponiendo de largos períodos de tiempo, ser desplazado en su órbita por el ligero empuje creado cuando se absorbe la luz solar y luego se reemite esa energía en forma de calor.
El efecto es difícil de medir porque es ínfimo.
La pieza final del rompecabezas fue proporcionada por Josh Emery, de la Universidad de Tennesse, que usó el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA para estudiar las características térmicas de la roca espacial. Las mediciones de Emery de las emisiones infrarrojas de 1999 RQ36 le permitieron averiguar las temperaturas del objeto.
El miembro del equipo de OSIRIS-REx, Steven Chesley, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, y sus colegas utilizaron las nuevas mediciones para calcular una serie de acercamientos de 1999 RQ36, a tan corta distancia de la Tierra como 7,5 millones de kilómetros (4.6 millones de millas), entre los años 1654 y 2135. Determinaron que fueron 11 los encuentros de tales características.
En 2135, el asteroide de 500 metros de diámetro (1.640 pies) pasará a unos 350.000 kilómetros (220.000 millas) de la Tierra, su aproximación más cercana durante un lapso de tiempo de 481 años. Esa distancia es menor que la existente entre la Tierra y la Luna, que orbita a unos 390.000 kilómetros (240.000 millas) de la Tierra. A tan cortas distancias, la trayectoria posterior del asteroide se hace imposible de predecir con exactitud, por lo que las aproximaciones subsiguientes sólo pueden ser estudiadas de manera estadística.
En realidad, los nuevos resultados no cambian lo que cualitativamente se sabe acerca de las probabilidades de impactos futuros. Las probabilidades de que este asteroide potencialmente peligroso choque con la Tierra en el siglo 22 todavía se calcula que serán aproximadamente de una entre varios miles.
Si todo marcha como está previsto, la sonda espacial ORIRIS-REx será lanzada al espacio en el año 2016. En su misión, visitará a 1999 RQ36, recogerá muestras del asteroide y regresará a la Tierra.
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